Sociopolítica

¿Decadencia en Cataluña?

¿Es posible que ante la actuación política, como la de algunos personajillos de la sociedad catalana, se aprecie una cierta decadencia cultural, política y económica en esa región?

¿Necesitan evidenciar su patrimonio histórico, arramblando con el testimonio del Reino de Aragón, en su postulado aragonés, y aplicárselo a esa Comunidad?

¿Tienen también necesidad de situarse más allá de sus fronteras físicas y pretender que un espacio del Pirineo Aragonés, en el Valle de Benasque, llamado “Pico de Aneto”,  les corresponda ahora a ellos?

¿Tienen, asimismo, la necesidad de un Patrimonio Eclesiástico perteneciente al Reino de Aragón, sentenciado en diversas ocasiones a favor de la citada región , y que aún se encuentra en tierras catalanas? ¡Tiene cojones!

Cataluña nunca fue reino

estelada rota

Foto: pixabay.com

Sí lo fue el Reino de Aragón; en cambio, quieren apropiarse también de la historia aragonesa. ¡Manda huevos!

El Pico de Aneto, bien introducido en nuestro territorio aragonés, resulta que ahora es catalán. ¡La hostia!

¿Es que quieren extender sus fronteras a base de cambios históricos, trasladando una información irreal y una manipulación bien provocada y conducida hacia la sociedad?

Porque la historia nunca cambia, y si estos personajes quieren hacerlo, lo único que están creando es una educación cultural inapropiada en los jóvenes que actualmente están estudiando la historia de España en Cataluña.

Además, estos personajes, más bien personajillos, porque no llegan ni a eso, quieren afianzarse exclusivamente en su sistema cultural propio, apostando por su relevancia mal interpretada junto a su cuestionada arrogancia, provocando su aislamiento y arrinconamiento en el mundo. Y siendo extranjeros, como ellos desean y manifiestan permanentemente, excluyéndose de ser españoles, ¿qué pretenden hacer con nuestra historia?

Hablan de España como referencia de otro Estado, de otra nación, y quienes ya califican de extranjeros a la Comunidad Catalana son, precisamente, muchos ciudadanos del resto de España. ¡Qué triste realidad la suya!

Y es atroz que por culpa de estos vándalos de la cultura e hipócritas constituidos, con inusitadas ambiciones de poder, estén perjudicando a muchísimos catalanes españoles, con ideales de nación española, aunque adoren y simbolicen bien alto su estandarte cultural y lingüístico. Lógico y admirable. Pero de eso a querer ser una nación independiente creo que hay una gran distancia.

¿No querrán de esta manera sacar provecho económico y un estatus comunitario relevante ante el resto de España? ¿Quiénes son ellos para ser mejores que las demás regiones españolas o comunidades autónomas?

Aragón siempre ha sido perjudicado por los apoyos incondicionales que ha habido siempre a catalanes y a vascos; pero es preciso aclarar que tampoco son los únicos culpables, ya que los que deberían y han debido luchar por nuestra tierra, al menos desde los últimos 20 años, no han hecho nada, nada de nada. ¡Qué indecencia!

¡Vaya panorama que tiene esta preciosa región! ¡Vaya putada la nuestra!

Mientras estén los mismos políticos, no hay nada que hacer, porque lo único que les preocupa es su sueldo vitalicio y no implicarse y comprometerse con su verdadera función política a favor de quienes le votaron.

¿Por qué tenemos que ser invadidos por los todopoderosos ejecutivillos catalanes? ¡Vaya fenómenos! Pobre cultura y evolución catalana. Si Cataluña no tuviera costa y Barcelona un importante puerto, ¿de qué vivirían? ¿Sería de sus productos?

Imaginemos que el resto de España, y así los incluyo como españoles, no comprara productos catalanes. ¿Qué progreso tendría esa Comunidad? Ninguno. Porque dependen de los beneficios del Estado Español a través de su bienaventurado presidente, quien les va enviando dinero constantemente a costa del sufrimiento de los impuestos de los contribuyentes del país.

Y no es cuestión ahora de Aragón, sino de España. Se han creado un aura más negro que el tizón y lo más problemático es que repercute en los habitantes de Cataluña. En conversaciones normales con muchos de ellos, aunque no se llegue a pronunciar esta distancia que ahora expongo, con sus planteamientos y distinciones referenciadas, sí se piensa, incluso los más atrevidos y valientes se les manifiesta públicamente en las susodichas conversaciones.

Difíciles momentos para Cataluña

Triste realidad la suya. Pero, en fin, de todo se sale, y me imagino que serán conscientes a quienes deberán votar en las próximas elecciones. Al margen de la precariedad que está viviendo, provocada por la ignorancia y perspicacia de sus malintencionados ejecutores, deja entrever una preciosa y prestigiosa región, con sus gentes y tierras maravillosas. ¿Les merece la pena seguir así?

De todas formas, tampoco nos debemos olvidar de Vascongadas, porque si favorecen a un presidente en unos Presupuestos Generales, exclusivamente por mantener el poder ejecutivo más tiempo, ¿no están traicionando a la Nación Española? Claro está, que también su filosofía es la independencia y el autogobierno. ¿De qué vivirían, precisamente, sin parte de esos presupuestos?

Aquí hay regiones que van por libre, elevando su poder como emblema único, siendo una hipocresía, un salvajismo y una filosofía mal traída y llevada, con escasa valoración intelectual y mucha falsedad de conciencia y de valor político.

¡Y qué pasa con Aragón!

Hasta Barcelona, ciudad de mar, se quiere llevar unos Juegos Olímpicos de la Nieve. ¡Por sus cojones, ahí están!! Si pudieran hasta harían el paso central de los Pirineos suyo, como reconquista de la presunta conquista de Aragón en la Edad Media, y así podrían emplearlo junto al paso de la Junquera. Y no será porque no les interese, ya que cada vez que hay cualquier iniciativa en ese proyecto, en beneficio de Aragón, siempre queda postergado y flotando en el tiempo. ¿Serán copartícipes en las tomas de decisión de esos proyectos? ¿O influirán y forzarán excesivamente en que así ocurra?

Es una pena las vivencias tan preocupantes de muchos o, más bien, de la mayoría de los catalanes o residentes en Cataluña, porque están incómodos e, incluso, perseguidos lingüísticamente, ya que les perjudica tanto en su propio progreso profesional como en su estabilidad personal y familiar.

Ojalá cambien esos personajillos por personas elocuentes y audaces, estadistas políticos e inteligencias vivas que sean capaces de reestructurar el panorama político y social de esa hermosa Cataluña. Sería un beneficio para ellos como para el resto de España.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.