El
Teatro GRIPS se encuentra en el distrito berlinés occidental de Reinickendorf. Tener
GRIPS significa «coco», «cerebro», «tener algo en la cabeza», «saber pensar», es sinónimo de «masa gris», una «cabeza pensante»
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Volker Ludwig
Se fundó en el año 1966, en los tiempos de los movimientos estudiantiles en Alemania y Francia, La idea de este etatro surgió en Berlín Occidental como un teatro para niños y comenzó su andadura dentro del Reichskabarett (Cabaret del Imperio), que era un cabaret de ideas progresistas y entre cuyos autores figuraba Volker Ludwig (véase foto), director y gerente del teatro hasta la actualidad. Con el tiempo, este teatro para niños de hizo famoso y hasta considerado por todo el muindo con sus montajes de obras de Ludwig como «Una Fiesta para Papadakis», «Max y Milli» y sobre todo «Línea 1».
En los años setenta, las obras muchas veces se retransmitían por televisión y ofrecían algo distinto a los habituales payasos y entretenimientos ligeros tipo cuentos infantiles para el público infantil
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Al principio se trataba sólo de funciones de fin de semana.
El nuevo planteamiento de teatro infantil en que se enmarcaban estas primeras funciones, detrás del cual tarslucía una crítica social y una vocación claramente educacional que pretendía la «emancipación» de los niños, despertó muchos recelos, sobre todo entre los políticos más conservadores. Durante las representaciones, los actores preguntaban directamente al público -es decir, a los niños- qué les preocupaba y en qué pensaban
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La cuestión de género en la sociedad (por ejemplo la elección de ser ama de casa como sus madres en el caso de las niñas) era un tema central en sus montajes. Más adelante, en los años setenta, la compañía amplió su público, dirigiéndose a los adolescentes y dedicando especial atención al tema de la sexualidad e intentando romper con todos sus tabúes. De aquí surgieron producciones míticas como
«De esto no se habla» o
«¿Qué significa amor?».
Al abandonar la compañía las salas del
Cabaret Imperial en
1972, se optó por un cambio de nombre, adoptando la denominación actual de
GRIPS-Theater. En
1974 se realizó un nuevo cambio: La compañía se mudó al actual emplazxamiento en la plaza
Hansaplatz. Aquí, los espacios fueron especialmente diseñados para el tipo específico de montajes que caracterizan todos los trabajos de este grupo teatral: El escenario es circundado por los jóvenes espectadores a modo de una arena. de esta manera los actores pueden moverse entre el público, con un aforo total de hasta 400 plazas
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El
Teatro GRIPS introdujo paulatinamente
todo tipo de temas candentes en sus producciones. Obras como
«Todo plástico», que trataba el tema de las casas
okupa, o
«Una historia de izquierdas», que contaba la historia de tres estudiantes, causaron furor entre el público joven y no tan joven. En los años ochenta, su fama de «comunistas corruptores de menores», etiqueta proveniente del ala más conservador de la Unión Cristiano-Demócrata, tuvo como consecuencia una gran publicidad para el teatro. Un público curioso y avispado abarrotaba la sala día tras día
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Pero sin duda el montaje más espectacular del Teatro GRIPS ha sido «Línea 1» (foto a la derecha), que, estrenado en el año 1986, aún sigue en cartelera. «Línea 1» cuenta la historia de una chica joven embarazada que llega a Berlín en busca de su novio. En la línea 1 del suburbano se topa con un sinfúín de personajes. Esta sencilla trama ofrece al espectador un divertidísimo retrato de la sociedad berlinesa de la época del muro, lleno de guiños e ironía.
El hecho de que hoy en día muchos teatros
públicos tengan un teatro para niños y jóvenes es en gran parte un logro de
Volker Ludwig. No por nada se le conoce como el padre del
«teatro infantil moderno». Alemania no sólo puede presumir de haber reunido en la laaga historia de su teatro para niños más de 2.500 obras. Cada año se producen en este país 700 nuevos montajes. Las compañías infantiles más respetadas han apostado con éxito por un teatro de oposición a los planteamientos más candentes que llegaban desde otros frentes.
«No nos interesan los niños como consumidores a los que se les dice qué tienen que ver. Hay que tratar su realidad», insiste el pequeño equipo del Teatro GRIPS. «Vamos directamente a las escuelas y les preguntamos qué es lo que les interesa. Y lo planteamos desde ese punto de vista y no desde el punto de vista del artista. La clave siempre es no aburrir. Si esto ocurre, cambiamos de obra.»
Un objetivo tan directo sólo es posible con el papel que permite a la compañía berlinesa y a otros teatros infantiles no perder el hilo de la realidad escolar. Con una media de 40 funciones al mes, la maquinaria del Teatro GRIPS está al límite de su capacidad y sólo el intercambio de actores que rotan en la misma obra, hace posible la continuidad.
Un aspecto curioso: Desde la caída del muro, el teatro no ha podido abrirse al público de la parte oriental de la ciudad, cuando se supondría un mayor interés por parte de los germano-orientaales por este tipo de teatro progresista. Ningún profesor de colegio del este llevaría a sus alumnos a este teatro, por las reticencias contra Occidente, que aún ven como el eterno enemigo de clase. La tradición en la antigua RDA era un teatro infantil clásico de cuentos infantiles, no interesaba un teatro que trata la realidad de los niños. En esto no ha cambiado nada en el este.