El Camino de Santiago es recorrido por miles de peregrinos de todo el mundo. El destino final es la ciudad de Santiago de Compostela, en Galicia, en donde son venerados las reliquias del apóstol Santiago. El Camino ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Itinerario Cultural de Europa por el Consejo de Europa y, como si fuera poco, goza del título honorífico de Calle mayor de toda Europa.
Según cuentan, en el año 814 fueron encontradas las reliquias del apóstol Santiago el Mayor, extendiéndose el rumor rápidamente por toda Europa, y transformándose así en un destino sumamente concurrido en la Edad Media. La leyenda dice que un ermitaño llamado Pelayo vio cómo una estrella se posaba en el bosque. Este suceso fue comunicado al obispo de la región. Cuando llegaron al lugar descubrieron un cementerio romano en una capilla. Allí, entre la espesura de la vegetación, se halló su tumba.
Con el visto bueno del emperador Carlomagno, muchos peregrinos comenzaron a llegar al lugar para venerar aquellos restos, el Campus Stellae, que luego de los años derivaría en Compostela.
A partir del siglo XIV comenzó el declive de la peregrinación en parte, debido a las muchas convulsiones sociales que comenzaron a agitar a Europa: la Reconquista demanda toda la atención de los reinos españoles, el Cisma de Occidente de 1378 divide más a la cristiandad, hay pestes, sequías y guerras. El Camino fue cayendo en el olvido de a poco.
Actualmente, hay numerosas rutas en el continente que terminan en Compostela: el Camino de los Catalanes, de Francia, el Camino Portugués de la Costa, el de los Ingleses y el de Bohemia.
Extraído de http://universobabel.blogspot.com – Blog personal