Un estudio del cerebro de las personas que mantienen las facultades mentales intactas a partir de los 80 años pone en tela de juicio anteriores investigaciones. Los hallazgos, hechos públicos en la 23ª reunión nacional de la Sociedad Química Americana, muestran que los cambios vinculados a la decadencia del cerebro y al alzhéimer no son una parte normal e inevitable del envejecimiento.
En una ponencia de la 23ª reunión nacional de la Sociedad Química Americana (ACS, por sus siglas en inglés), el equipo de investigación liderado por Changiz Geula, científico de la Universidad de Northwestern en Chicago (EE UU), describió la existencia de personas ancianas con una memoria muy aguda y un envejecimiento excepcional, debido a que no sufren de los llamados “nudos” cerebrales.
Los nudos consisten en una forma anormal de una proteína llamada “tau” que daña y, finalmente, mata a las células nerviosas. Los nudos, que reciben este nombre por su apariencia retorcida y nudosa bajo el microscopio, aumentan con la edad y alcanzan su máxima concentración en personas con la enfermedad de Alzheimer.
“Este descubrimiento es pionero y sus implicaciones son enormes. Siempre hemos dado por hecho que la acumulación de nudos es un fenómeno progresivo que se produce durante todo el proceso normal de envejecimiento”, explica Geula. “Pero ahora tenemos pruebas de que algunas personas son inmunes a la formación de nudos”.
Las personas sanas desarrollan una cantidad moderada de nudos, mientras que en las personas con alzhéimer se encuentran las mayores concentraciones. La evidencia apoya que la presencia de nudos puede influir en el rendimiento cognitivo, por lo que las personas con un menor número de nudos poseen rendimientos superiores, y las personas con un mayor número parecen ser normales para su edad.
Los hallazgos se basan en el estudio de nueve cerebros de más de 80 años con envejecimiento excepcional, que obtuvieron unos resultados en las tareas de memoria propios de personas de 50 años.
Cerebros inmunes al deterioro
Los científicos descubrieron que las personas con envejecimiento excepcional parecen encuadrarse dentro de dos categorías: los que casi son inmunes a la formación de nudos y los que tienen pocos nudos. “Los nudos y otros depósitos llamados placas se acumulan en mayor medida en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer”, subraya el investigador.
Según explican los expertos, “un grupo de personas con envejecimiento excepcional parece evitar la formación de nudos. Su cerebro está prácticamente limpio, lo que no sucede en personas con un envejecimiento normal. El otro grupo parece tener nudos en una cantidad igual o menor que los ancianos normales, pero por alguna razón parece estar protegido frente a sus efectos”.
El siguiente paso, según palabras de Geula, es determinar el por qué de esta inmunidad. El entorno, el estilo de vida y la genética podrían ser factores clave. Por ejemplo, las personas con envejecimiento excepcional podrían tener una predisposición genética para ello, mientras que otros podrían conservar su función mental gracias a una dieta saludable o a seguir siendo física o mentalmente activos.
“La química, en última instancia, es una de las claves para comprender qué hace que se formen los nudos. Si logramos comprender las características anatómicas, patológicas y moleculares de los cerebros con mayor rendimiento, podríamos llegar a proteger a los cerebros normales contra la pérdida de memoria relacionada con la edad”, concluye Geula.
Fuente: SINC