Hablar de Rashomon en el año 2010 equivale a leer un texto que conjuga aspectos de la historia japonesa, la tradición y al artífice de un proyecto: Akira Kurosawa. Este cineasta aún continúa siendo un golpe de luz para las artes, educación y literatura. Sorprendentemente los acercamientos realizados a este cineasta no se agotan y dan lugar a rescatar una de las ideas de Adorno sobre lo pasado, prometido y probable de la obra filmográfica.
De Rashomon vale resaltar los siguientes aspectos más de corte histórico, cultural y educativo. A continuación se especifican:
a) Representación del samurái como ícono. De las trece películas, Trono de sangre, Ran, Kagemusha, Los hombres que caminan sobre la cola del tigre, Fortaleza Escondida, Dreams y Rashomon muestran al samurái como el guerrero honorable. Ciertamente esta tendencia corresponde a períodos de la Historia japonesa: período Heian (794 años DC) y el Edo (años 1600 a 1867) mejor conocido como la dinastía de los Tokugawa. Esta identificación nos permite acercarnos a formular una afirmación por demás conocida: Akira Kurosawa estudiaba el contexto histórico de su país y luego trasladaba de ese pasado al presente algunas convergencias que de acuerdo a la lectura que realizó a la crisis del Japón de la posguerra.
Ahora, ese samurái es portador de un código (Bushido) de sus siete virtudes: lealtad, respeto, honor, valor, benevolencia, cortesía y rectitud. Además de ser espectadores del kabuki, hablar otras lenguas.
La particularidad del samurái en Rashomon está en que no hay una jerarquía de lealtad como en Trono de Sangre, es decir, no hay un jefe (daimio o shogun). Este no es el centro sino “giri” (limpieza del nombre, de reputación) en una de las versiones de la película (samurái). ¿Por qué limpiar el nombre? ante la violación de la esposa. Vemos que sólo aparece en una versión mientras que en las otras es el suicidio (mujer, leñador, Tajumaru).
b) Representación del teatro tradicional noh. Sólo están las máscaras en los personajes femeninos (esposa del samurái y espiritista). Los gestos lentos que caracterizan a este teatro no se ven como puede identificarse en Trono de Sangre y Ran
c) Diálogo entre lo occidental y oriental. Como del diálogo de las culturas vemos no sólo la desgracia de un samurái ambicioso sino aquellas músicas occidentales que constantemente acompañan.
No es un capricho de Akira Kurosawa ese diálogo. Forma parte de la denominada modernización que se manifestó en Japón desde 1867 a 1912 conocido por algunos historiadores como Japón Moderno. Esa apertura a las tecnologías occidentales es asumido por Asomura (1997) como modernización.
Kurosawa no olvida ni la modernización ni ese diálogo entre culturas. El autor de los relatos En el bosque y Rashomon, Ryunosuke Akutagawa era un japonés, formó parte de un grupo de jóvenes literatos cercanos a las “modas occidentales”
Si tendríamos que identificar lo oriental y occidental encontraríamos elementos importantes. El vestuario del samurái y su esposa, específicamente los sombreros de cada uno tiene una significación que Ryunosuke no descuida en el relato mientras que para Kurosawa es una carta de presentación de la clase a la cual hará referencia.
d) Concepción de hombre. Esta película destaca respecto a las treinta restantes respecto a la concepción de hombre basada en el rescate de la nostreidad, pensar en nosotros más que en mi mismo y así lo escucharemos de labios del sacerdote. Aparece la idea del humanismo en Kurosawa, más que esto aquella necesidad de hablar no localmente sino universalmente.
e) Principios de la formación. Una de las aproximaciones a la formación aparece en esta película con el principio de “creer en mi” para transformarme y transformar. En la medida que me relaciono con otro continúo formándome (caso del sacerdote).
Aunque no hay una relación entre un joven y un adulto aparece al final un bebé en Rashomon, el leñador se compromete a criarlo al tiempo que se asume como un hombre distinto a aquel que mintió y sintió miedo.