El viernes se puso de largo, dentro del 13 Festival de Cine de Málaga, la película Circuit, del director catalán Xavier Ribera. Es una cinta con influencias del cine experimental francés y narra pequeñas historias de amor y desamor, tiernas, descarnadas, dramáticas y, a veces, un poco ridículas, que tienen como referencia geográfica el extrarradio portuario la ciudad de Barcelona y un nexo común: el mundo de la moda, que se aborda desde una perspectiva crítica pero no destructiva.
Una excelente fotografía y unos diálogos inteligentes, cortantes y, en ocasiones, sarcásticos son lo mejor de esta propuesta cinematográfica. La interpretación resulta, sin embargo, algo desequilibrada, pero en la que sobresalen Vincent Martínez y Áscar Jaenada. La película es, con todo, una apuesta valiente, tanto en el guión como en su estética.
Lo menos convincente de esta cinta es su forzado ambiente políglota, donde chirría desde el inicio el macarrónico acento catalán de su protagonista francés (doblado a sí mismo), que lo más normal es que hablara español y no catalán. Este hecho le resta convicción a la cinta y la sumerge en un falso ambiente políglota donde, no debería sorprendernos, las únicas palabras en español las pronuncia el motorista Jorge Lorenzo en su breve aparición. Es el peaje que paga esta película a la provinciana y cateta política lingÁ¼ística de la Generalitat y a sus “brazos armados” como TV3. Por supuesto, el protagonista aparece enfundado en un momento concreto con la camiseta del BarÁ§a, faltaría más. Son las gabelas de un cine subvencionado.
