Otelo, el moro de Venecia, de Shakespeare, es quizás el celoso más famoso de la historia. Su criado ha convencido a Otelo de que Desdémona le ha sido infiel. Y aunque ella jamás lo haya hecho, Otelo está cegado por los celos. A pesar de que la ama con pasión, decide matarla, y se acerca a su lecho para hacerlo.
Escena Segunda del acto V:
Dormitorio en el castillo.-Desdémona duerme en el lecho.-Arde una luz
Entra OTELO
OTELO.- ¡He ahí la causa! ¡He ahí la causa, alma mía!… ¡Permitidme que no la nombre ante vosotras, castas estrellas!… ¡He ahí la causa!… Sin embargo, no quiero verter su sangre, ni desgarrar su piel, más blanca que la nieve, y tan lisa como el alabastro de un sepulcro. Pero debe morir o engañará a más hombres.- ¡Apaguemos la luz, y después apaguemos su luz! Si te extingo, agente de la claridad, y me arrepiento en seguida, podré reanimar tu primitiva llama; pero una vez tu luz extinta, ¡oh, tú, el modelo más acabado de la hábil naturaleza!, no sé dónde está aquel fuego de Prometeo que volviera a encender tu luz. Cuando haya arrancado tu rosa, no podré darla de nuevo su potencia vital. Necesariamente habrá de marchitarse. (Besando a Desdémona.) ¡Quiero aspirarla en el tallo!- ¡Oh, aliento embalsamado que casi persuade a la justicia a romper su espada! – ¡Uno más! ¡Otro aún! ¡Quédate así, cuando estés muerta y te mataré, y acto seguido volveré a amarte! ¡Otro más! ¡El último!… ¡Nunca beso tan dulce fue tan fatal!… ¡Fuerza es que llore!… Pero son lágrimas crueles… ¡Este dolor es celestial; hiere allí donde ama!
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LOS CELOS:
– Los celos patológicos no suelen tener una base real, generalmente el amado es fiel, pero el amante interpreta todos los indicios en el sentido de estar siendo engañado.
-En ocasiones, los celos patológicos, son celos proyectados. Estos celos empiezan por la fantasía o deseo de cometer una infidelidad. Pondremos un ejemplo clínico: Andrés está casado con Pilar, la ama y son felices juntos. Conoce a Silvia, una amiga de Ana, y comienza a desearla. Como la moral de Andrés no le permite desear a otras mujeres fuera de la suya, aparece una fantasía inconsciente: Si Ana me engañara, yo tendría derecho a engañarla con Silvia. Entonces Andrés comienza a actuar como si realmente Ana lo hubiese engañado, le pregunta dónde ha estado cuando ella vuelve del traabjo, la persigue, la vigila, le mira sus mensajes en el movil, poseído por unos tremendos celos. Estos celos se resuelven cuando se acepta el deseo propio.
-Los celos son siempre deseos, siempre hay un deseo en juego. Es muy frecuente que la mujer de la pareja, termine en brazos del mejor amigo del él, o viceversa, el hombre de la pareja en brazos de la mejor amiga de la mujer. Es decir, él se va con la mujer que más desea ella, su mejor amiga, y ella con el hombre que más desea él, su mejor amigo.