Sociopolítica

Insultos

ELCRISOL    –    Pascual Mogica Costa

               

    Mal muy mal le ha sentado a los del Partido Popular la frase del alcalde de Getafe, Pedro Castro, mostrando su extrañeza de que no se explica «como hay tontos de los cojones que aún votan a la derecha». La verdad es que es una salida de tono de las muchas que todos tenemos en momentos de máxima tensión o cuando la vehemencia se hace más patente y que de hecho resulta ofensiva para aquellos que son muy libres de votar a quien más les plazca. Pero de ahí a que Pedro Castro tenga que dimitir, media un abismo. La derecha, tan «desmemoriada» como siempre no recuerda ya cuando Ana Mato dijo que todos los niños andaluces eran unos analfabetos y tampoco recuerda cuando Manuel Pizarro, la estrella sin brillo del PP, dijo que lo que tenían que hacer los andaluces era ponerse a trabajar. También hay que recordar cuando Rajoy dijo que Zapatero era «un bobo solemne». Ni la gravedad del insulto de que fue objeto el portavoz socialista en la Diputación de Castellón, cuando el presidente de la misma, el popular y popularísimo, Carlos Fabra, le llamó «hijo de puta». Obvio es decir que ninguno de los cuatro dimitió. Ni tan siquiera tuvieron el gesto de pedir disculpas como lo ha hecho el socialista Pedro Castro.

    Otros insultos a destacar por parte de la derecha, son cuando Antonio Burgos, dijo en un artículo suyo publicado en ABC aquello tan «gracioso» de: «Aceptamos Chacón como animal de compañía». O cuando en una sesión parlamentaria, Arias Cañete, le dijo a Zapatero que tenía «mucha cara». O cuando el cabeza de lista del PP por Albacete, Sixto González, acusó a Zapatero de «pagar a los matones de ETA para que asesinen». O cuando María San Gil, dijo aquello de. «Nunca la ofensiva nacionalista con ETA a la vanguardia, ha estado tan sustentada por el Gobierno de la nación como ahora». O cuando el diputado del PP y candidato a la alcaldía de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa, tachó de «marimacho» a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Y por lo anecdótico del caso quiero acabar con una «perla», hay muchos más insultos por parte del PP y medios de comunicación afines, con un insulto que pone de manifiesto que puestos a insultar los del PP pierden el bocado y se desbocan hasta tal punto que el alcalde del PP de Xátiva llamó «burros» a sus propios votantes. Les dijo: «Les dije, traeré la playa a Xátiva…y se lo creyeron. Si yo gano traeré la playa, y van y se lo creen todos. ¡Serán burros!».  Y tampoco dimitió nadie.  

    Observando esta actitud de la derecha de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo, encontramos la explicación a su oposición a la Ley de la Memoria Histórica, y muy en particular a que se descubran las fosas donde yacen indignamente enterrados los republicanos cuyo único delito fue defender la legalidad vigente: La República.

     La derecha tiene derecho a insultar a quien le venga en gana, la izquierda  no tiene ningún derecho a hacerlo. La derecha tiene derecho a honrar, dignificar y glorificar a sus muertos, antes y durante la Guerra Civil. La izquierda no tiene derecho a honrar y dignificar a los suyos. Esto pone en evidencia el hecho de que hay un amplísimo sector de la derecha que aún cree que el tiempo no ha pasado, que no estamos en 2008, treinta y tres años después de morir Franco, sino que estamos aún en la etapa de 1939 a 1975 y que por tanto solo la derecha tiene derechos en España.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.