Franckfurt, 05 de octubre. del 2010
Todo está en constante cambio y el mercado se mueve a un ritmo en el que hay que entrar en el momento adecuado. Son las palabras de Gottfried Honnefelder, presidente de la unión de libreros alemanes, en la conferencia inaugural de la última edición de la feria del libro de Frankfurt. Todo cambio genera conflicto, pero nuevas personas desarrollan nuevas ideas que desmontan las antiguas, que hacen perder algunos puestos de trabajo pero ganar otros. Todo es, en definitiva, porque los tiempos cambian, pero también porque los cuentos y las historias gustan. Gustan y son necesarias.
Volvemos a estar en una época de desmontaje creativo, aseguró Juergen Boos, el director de la feria. Desmontaje que empezó con Gutenberg, al liberar las ideas, contenidos y el control de la información de la soberanía de la iglesia. El negocio de las historias y los contenidos literarios viene parejo al acceso a la libre información y a compartirla, ya sea en tertulia, cafés o redes sociales. No podemos pues perder tiempo en discusiones sobre las viejas ideas o los viejos formatos. Sí que probablemente estemos en una segunda revolución que comenzó con Gutenberg; en una encrucijada de viejos y nuevos caminos, pero como tales no excluyentes. También probablemente haya que encontrar nuevos contenidos, nueva distribución y disfrutar de ellos, pero es la historia, el cuento lo que permanece.
Es el negocio del libro, pero en realidad es el mundo de las ideas y las palabras las que van a formar parte del inconsciente colectivo. En la conferencia de inauguración , y entre los flashes y cámaras de los numerosos periodista asistentes, la autora de literatura infantil y juvenil, Cornelia Funke hablaba sobre la necesidad primigenia de contarnos y compartir historia y aseguraba estar en una época interesante para ello, ya que los blogs y las redes sociales vienen a romper las dificultades de acceso por la distancia y ponen a la gente en comunicación casi en tiempo real.
Los flashes y los zumbidos de las cámaras continuaron trabajando con más ímpetu, si cabe, en la fiesta de inauguración de la feria, pues en ella se esperaba la asistencia de personalidades del ámbito político. Los discursos más esperados fueron los de la presidenta de Argentina, presente en la gala y de la escritora Griselda Gambaro, que fue clamorosamente aplaudida. Gambaro comentó que la literatura y el poder tienen una relación mas estrecha de lo que se cree, incluso conflictiva. “Y así debe ser“ , recalcaba Gambaro, por razones de “sano distanciamiento en la preservación del espíritu crítico , de la disidencia como estado de alerta, si bien es preciso no confundir la disidencia con la estéril rutina del antagonismo sistemático“, aseguró la autora. Fue un discurso claro, lejos del lenguaje correcto y estereotipado al que nos tienen acostumbrados algunos políticos. Y es que la primera responsabilidad ética de los periodistas, según Gambaro, consiste en la lealtad a la propia escritura, aunque esto le lleve inevitablemente en algún momento a estar en conflicto con la autoridad.
La gala de inauguración finalizó con el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina que a golpe de martillo, dio oficialmente por inaugurada la última edición de la feria internacional del libro más importante del mundo.
Autores: José Bondía y Laura Bondía