por Roberto Carlos Miras
“De toda la vida ha habido personas del espectáculo que de alguna manera han alquilado su cuerpo a un cliente caprichoso que estaba dispuesto a pagar cualquier precio. Ya pasaba en el siglo XIX en Francia. Una mujer era actriz y tenía su mecenas, pero no chocaba. Un señor poco agraciado, pero con mucho dinero, le regalaba flores y joyas a cambio de proyectar su carrera, incluso llegaba a acostarse con ella” Así comenzábamos a hablar con Valérie Tasso de ese “Otro Mundo” que muchas veces cuando nos hablan de él, miramos para otro lado.
P- ¿Qué pasa actualmente?
R- A veces tengo la impresión de que no hemos aprendido nada. Vamos a peor. Cuando hablamos de una regularización, de que unas señoritas de la vida sean unas trabajadoras, sería positivo en el sentido en que habría menos delincuencia –es cierto-, existiría más control. Se puede hacer. Ahora, mientras sigamos señalándola con el dedo no cambia gran cosa. En Holanda le han dado una Seguridad Social. Hay empresarios que conocen el problema y son los primeros interesados en solucionarlo, pero ellos mismos, crean una serie de guetos y ahí surge la competitividad. Que es peor nos preguntamos. Todas se encuentran en el mismo sitio.
P- Has escrito tres libros que han dado que hablar…
R- ¡Es cierto! Mi último libro “Al otro lado del sexo” es un trabajo sobre siete temas que me permitieron hacer una reflexión sobre unas minorías eróticas como las denomino un psiquiatra sueco en los años sesenta. A parte de la sexualidad que ya conocemos, este psiquiatra explicaba que había otra forma de ver el sexo y a esta minoría la denomino minoría erótica.
P- ¿Y en lo personal?
R- De pequeña me había encontrado con unos cuantos exhibicionistas y es muy curioso pues el exhibicionista de gabardina por denominarlo de alguna manera está desapareciendo. Ya no lo vemos. He tenido las ideas bastante claras desde pequeña, pero lo que me marco no fue un señor que enseñara sin pudor sus genitales, sino el revuelo que se había formado alrededor de aquel episodio.
P- ¿Hablamos de Francia como un país abierto y sin embargo…?
R- Esa sociedad liberal como decíamos que era la francesa ya no es tan liberal como hace unos veinte años atrás. Ahora se esta intentando prohibir la prostitución cuando hemos sido los precursores de los burdeles, se les esta intentando prohibir a los adolescentes aparecer con un tanga que aparece debajo de los vaqueros por que esta visión está mal. Nos movamos donde nos movamos siempre habrá represión y siempre existirá esta doble moral.
P- Pero, ¿por qué se penaliza siempre a la mujer?
R- Estamos en una sociedad sin entrar en un discurso de guerra de sexos y ese “diálogo” lo único que crea es más diferencias entre hombres y mujeres. En el fondo estamos llamados a entendernos, sino lo que hacemos es abrir debates que no nos van a llevar a ninguna parte, pero seguimos estando en una sociedad muy patriarcal y explicamos la sexualidad bajo un punto de vista masculino y siempre está ahí ese control del deseo femenino.
P- ¿Expliquemos eso?
R- Una mujer cuando vive plenamente su sexualidad enseguida la tachamos con adjetivos negativos. Los hombres se siguen salvando en ese sentido. Siempre ha habido un estigma de esa mujer. Cierto es que existe mucha prostitución sobre todo en España, una cosa increíble pues no esta regulado el tema. Hablamos de una especie de refugio. Cuando lo hace de manera libre es una viciosa y cuando no lo hace de una manera libre se la señala con el dedo y hay mucho miedo a contar la verdad y a explicar en que situación se encuentran.
P- Un pensamiento en voz alta…
R- La sociedad nos va a rechazar. Siempre se ha distinguido a la mujer puta con perdón de la expresión y la mujer esposa y santa; esta diferenciación tan clara en las mujeres nunca se ha hecho en los hombres. El hombre –cliente- cuando sale del prostibulo vuelve a ser el marido, la mujer en cambio es prostituta antes y después. Este es el matiz de la cuestión. Es difícil, pues estamos arrastrando un bagaje educacional que llevamos toda la vida.
P- Los mismos que van a un prostibulo son los mismos que afirman que estos no deben de existir.
R- Existe esa lucha feroz por parte de los propios clientes. Es una manera de expiar culpas –se dice así en castellano. Una forma de sentirse menos sucio. Un simple hecho, el luchar contra algo que nos atrae mucho. Lo explicaría así: una persona que tiene un deseo muy grande a lo mejor se auto –castiga para evitar que el deseo se haga explicito.
P- En un capitulo de “Al otro lado del sexo” podemos leer: “Bienvenidos al Reino del Otro Mundo” Cuando lo leía me daba la impresión de estar retrocediendo en el tiempo…
R- Para que los lectores sepan en donde se desarrolla. Es un castillo que se encuentra a una hora y media de Praga, en la República Checa, donde se practica la erótica del sadomasoquismo y donde las mujeres mandan sobre los hombres. Para determinadas personas la imaginación vuela muy alto y tenemos esa tendencia a imaginar lo negativo y tremendo de las cosas.
P- ¿A que es debido?
R- Forma parte de nuestra educación. Nos han educado para evitar cualquier tipo de dolor o sufrimiento, cuando nos duele tomamos un analgésico. Vivimos en una sociedad en que el sufrimiento cada vez está más presente y cuando hablamos de erótica sadomasoquismo, la gente se espanta. Pensamos que es un trastorno, una persona que es masoquista; una persona dominante sexualmente hablando no esta bien, es más se le ve como una desviación sexual. Más bien por ignorancia.
P- ¿Hablamos de sexualidad o en plural sexualidades?
R- A eso iba. A veces es por ignorancia. Hay personas como sabes que necesitan encontrarse en situaciones muy complicadas para generar la suficiente adrenalina para poder incluso sentir incluso el climax sexual. Estas personas que viven esa erótica pasan por un pacto previo. No se hace absolutamente nada que la otra parte no haya aceptado plenamente.
P- Puede sonar un poco fuerte: ¿es otra manera de vivir la sexualidad?
R- En cierto sentido es así. La primera vez fui con mucho miedo. Fue por ignorancia. De hecho estuve dos veces en ese castillo. Conocí personas que tenían la cabeza muy bien amueblada y que no eran para nada ni locos ni trastornados. Eran personas que tenían otra manera de vivir está sexualidad. Estamos hablando de un juego. Es como hacer una escena en un teatro y jugar un papel.
P- Igual que sexualidades podemos hablar de psicologías.
R- Sí. Es un terreno en donde se mueven psicologías buenas y malas. Hay personas que utilizan el sadomasoquismo para hacer daño. Ya no hablamos de erótica sadomasoquista sino que estamos hablando de un perturbado mental. Realmente las personas que se acercan a la comunidad sadomasoquista o S. M. como la llaman ellos, son personas que ponen limites y saben a donde pueden llegar. Se intenta complacer a la otra persona utilizando el sometimiento, el dolor o la humillación dentro de los limites del otro. La libertad del otro no esta en tela de juicio en ningún momento. Esa persona que se salta los limites si es un perturbado.
P- ¿Estamos hablando del sexo como una terapia?
R- Tenemos que darnos cuenta de lo importante que es el sexo. Cuando mencionamos esta palabra o algún termino que tenga que ver con esta palabra las personas se echan un poco para atrás. Si hablamos de la palabra mano la gente no reacciona, si hablamos de pene o de clítoris la gente se ruboriza por que, pues por que el sexo debe de ser tan poderoso que lo necesitamos controlar permanentemente. Lo que he pretendido y no soy la única es a través de mis libros darle una connotación positiva al sexo. Hablemos del sexo como un valor, no como un problema, ver el sexo como un elemento sanador.
P- ¿En otros países?
R- Ahora que me lo preguntas me acuerdo que en muchos países se utiliza para obtener una mejor calidad de vida. Los geriátricos de Dinamarca están usando a profesionales del sexo para tener contactos íntimos con señores de la tercera edad y está dando muy buenos resultados. Y en España, pese a lo malo, no estamos acostumbrados a tener esa connotación positiva.
P- Me han dicho que las creencias religiosas tienen bastante que ver con esto. Determinados grupos, la propia Iglesia Católica o los evangélicos. ¿A quien le puede interesar la castidad o la abstinencia sexual?
R- Existe una represión religiosa que continuamos arrastrando. Incluso yo misma a pesar de ser francesa y de venir de un país laico. He tenido una educación bastante abierta en comparación con otras personas, pero continuamos arrastrando creencias. La mayoría de la gente que tiene problemas o disfunciones sexuales en general las tiene por haber recibido una educación muy religiosa. Existe en unos países más que en otros como en Estados Unidos que es el país actualmente de un puritanismo extremo. Hay asociaciones financiadas por el propio gobierno norteamericano para difundir esos programas que llaman de abstinencia.
P- ¿Dónde ves el problema?
R- Si una persona decide por convicción personal que va a practicar la abstinencia, me parece fenomenal. Ahora, cuando ya es una razón de Estado. Me ha parecido muy fuerte el decir que hacemos caso omiso, sobre todo en Estados Unidos de los anticonceptivos y esto puede traer problemas muy peligrosos. Que un adolescente deje de ser casto y como no ha recibido información sobre anticonceptivos, puede traer problemas. Tiene un primer contacto sexual y esto le ocasiona unos riesgos muy elevados.
P- Por lo que cuentas: ¿nos dejan pensar libremente?
R- Para formar parte de un grupo tenemos que marcar unas normas. Estas normas nos indican de alguna manera en donde nos encontramos. Pero, al salir de estas normas, somos unos marginados y en el sexo podemos constatar esas normas sociales. Por ejemplo: el sexo y los minusválidos es un tema del cual se habla poco, pues parece que molesta. Contesto a tu pregunta.
P- Si y no…
R- No hablamos del sexo en la tercera edad y ahora más que antes, sigue siendo un tema tabú. Parece ser que estas personas, pues son personas, no tienen sexualidad y yo lo siento mucho. Una persona minusválida es un ser sexuado y como tal tiene libido y deseos. El deseo en el ser humano es algo universal por emplear un termino para comunicar, incluso en personas que tienen grandes deficiencias mentales. Ahora no hacemos hincapié en su sexualidad pues parece ser que es algo sucio, algo que omitimos, pensamos que no existe y creo que es un grave error.
P- ¿Es una cuestión de entendimiento, de comprensión?
R- Te voy a poner un ejemplo. Mi madre estuvo trabajando en un psiquiátrico y me contaba que lo que más palpaba en el aire con personas que tenían grandes deficiencias mentales era un aire muy sexual. En el modelo de Dinamarca ya están trabajando en este tema con “Sexo más allá de la discapacidad” en donde realizan una terapia, la misma que se utiliza en personas de la tercera edad.
LAS TIGRESAS BLANCAS
UNA MANERA DE VER EL SEXO
En el libro le dedico un capitulo a las Tigresas Blancas que son mujeres taoístas y hablan del Tao como una forma de entendimiento que viene de China. Se preconiza la igualdad entre hombres y mujeres. Cuando hablan de sexualidad es muy curioso pues los hombres taoístas practican lo que se llama: la retención de energía. Cuando tienen sexo, tienen el coito e intentan no perder la energía y guardar el semen. Sin embargo, la Tigresa Blanca, aunque forma parte de está filosofía Taoísta está haciendo todo lo contrario, chupar aquella energía masculina a través de la felación. Me preguntaba: ¿por qué hablan de la felacion? Es una manera según dicen ellas de que el hombre no pueda retener con tanta facilidad. Estas mujeres y su sexualidad según el Tao parece que tienen muchas contradicciones. Si son mujeres taoístas se tendrían que llevar bien con los hombres taoístas y sin embargo, existen muchos enfrentamientos sobre todo a raíz de los hombres taoístas más ortodoxos. Cuando comencé la investigación me recordaban mucho a esas mujeres vampiresas, mujeres brujas, muy blancas de piel con un pelo larguísimo. Volviendo atrás a esos súcubos de la edad media que merodeaban por las habitaciones y se aprovechaban de los hombres. Un mundo fascinante, en donde se mezclan el mito y la leyenda que demuestra por otro lado que la sociedad oriental parece que se olvida un poco de la palabra vicio o de la palabra pecado que tanto se ocuparon de ella en Occidente. Tienen también prejuicios lo que pasa es que se está utilizando otra excusa: el tema de la salud.
¿QUIÁ‰N ES VALÁ‰RIE TASSO?
“Perdí mi virginidad un 17 de Julio de 1984, a las 02.46.50 de la madrugada. A los quince años, un momento así no se puede olvidar nunca. Pasó durante unas vacaciones en la casa de la abuela de mi amiga Emma, en un pueblo de la montaña” Así comienza Valeríe Tasso su primer libro “Diario de una ninfómana” Licenciada en dirección de empresas y lenguas extranjeras aplicadas en Francia, su país natal. En 1992 se instaló en Barcelona en donde ocupo puestos de dirección en empresas multinacionales. A finales de 1999 ejerció durante unos meses la prostituación en una agencia de lujo. Luego publica “Paris La Nuit” en donde sugiere que no hay homosexuales, ni heterosexuales sino personas, y todas ellas son en última instancia bisexuales. Y un tercer libro: “Al otro lado del sexo” en donde abre una puerta a esas tendencias eróticas minoritarias.
NOTA
Esta entrevista no hubiera sido posible sin la colaboración de Valérie Tasso y la Editorial Plaza&Janes con la ayuda de Ana Franco. www.valerietasso.com