Cultura

Páginas de contactos. Pepe Carretero. Egales editorial y desatada editorial.

«He vivido otras mentiras:los espejos tienen la costumbre de adaptarse a nuestras muecasy nos conformamos con espejismos para huir de estar solos».

Página 10.

 

«Nos llevamos veinte años, ¡toda una vida antigua!»

II Página 13.

 

«Nos hemos graduado en mentiras para paliar amarguras

y sumamos cuerpos en el haber contable

disfrutados tan sólo en la epidermis.

[…]

Atravesar el umbral de tus pálidos muslos

convencido de que la sed de placer se sacia

con la furia espléndida de tu juventud

y mi carcasa gastada de halitosis».

III Páginas 14 y 15.

 

«y no olvides que la vida pasa rápido

-más de lo que esperas-,

hay que comérsela a dentelladas,

si no, te suma a un montón de broza que te olvida».

ADVERTENCIA. Página 24.

 

Estamos ante un poemario que nos habla del clásico «amor», «admiración» o deseo del hombre maduro (o simplemente ya no joven) por el muchacho o el hombre que sí sigue siendo joven. Lo cual no debe confundirse, en absoluto, con la tan pederastia tal y como la entendemos y se criminaliza hoy. Nada hay que huela a niño en este libro. Vaya la advertencia por delante. En este sentido es muy acertado el uso de una cita de Luis Antonio de Villena, que ha escrito sobre este tema griego en no pocos de sus libros: El sol de la decadencia, El bello tenebroso u Oro y locura sobre Baviera en el que el rey Luis II rinde admiración y pleitesía a la belleza del hombre en su florecer, por citar algunos.

Pero a pesar de que se trate de un conjunto de poemas que suelen girar en torno a ese sol que arde, da luz, quema y hace perder la razón, que es la armonía del cuerpo masculino en su plenitud, casi en su nacimiento como hombre con todas las letras y en el límite con la adolescencia, recién dejada atrás, lo cual es un tema no nuevo (más de dos mil quinientos años nos contemplan), Pepe Carretero es capaz de personalizarlo, de hacerlo diferente, contemporáneo y a la vez atemporal. Porque resulta sincero y cuenta la miseria del hombre tanto como su ardor:

 

«Te pierdes en la espesura de desconocidas calles

entre manos viejas y bocas anónimas que te van a libar lo que consientas».

ADVERTENCIA Página 24.

O incluso los versos más explícitos y sórdidos del poema XIII. Hay un reproche a los efebos adorados porque no valoran la lección que se les ofrece desde la madurez, porque siguen su camino vendiéndose a otras bocas, siendo moneda de cambio de desconocidos que los manosean. Hay un acento sucio, sórdido, en estos jóvenes que canta Pepe Carretero, no tanto porque vendan sus cuerpos, sino porque los entregan a un ir y venir sin nombre, en los lugares más sucios de las ciudades, donde el intercambio físico es tan fácil como corriente. Por otra parte el maestro, el hombre adulto, hace por entender ese desenfreno y ese continuar su camino en estas criaturas jóvenes dadas a la vida, al ritmo loco del deseo o sencillamente el desenfreno, ya con el sexo, ya con el alcohol, ya con…

La poética está muy enmarcada en el mundo contemporáneo: mensajes de teléfono, invitaciones a copas en los bares, etc. Es decir, la poesía de Pepe Carretero no huye a entelequias o barroquismos antiguos, o cursilerías decimonónicas, los sentimientos se expresan en el aquí y en el ahora y por eso enmarcan la relación de jovencitos y maduros (más o menos, tampoco es que el autor sea un octogenario) en la sociedad actual, de la que el libro da, en cierta medida, cuenta.  Pero, ¿no es acaso desde el Satiricón, propio de la Literatura y de la vida, que los muchachos bellos pierdan el «norte» desde la perspectiva de los que ya tienen el don de la experiencia? ¿Y no es menos cierto que los hombre mayores han perdido por la belleza de la juventud la cabeza una y otra vez a lo largo de la Historia? Por citar un hombre bien conocido y una obra diremos el emperador Adriano y la novela que Marguerit Yourcenar le dedicara: el luto que impuso al imperio ante la muerte de su amante fue mal visto por su profundidad y duración, que se consideraron exageradas, inapropiadas por la pasión en ellas contenida.

Por eso no es de extrañar que uno de los poemas hable incluso de un intento de relación «madura», estable, entre dos hombres de cuarenta y algo, que sin embargo es «traicionada» por un arrebato de la sangre, por un capricho del deseo por uno de esos jóvenes bellos.

A veces, incluso, el corazón roto está despechado y les desea la fría calle y el desamparo a los chicos que se alejan dejándolo atrás por seguir una vida insegura, improbable, imposible… por seguir la senda del bello, que es la de la adoración de los demás hasta que su belleza y su juventud de extinguen y el camino queda cortado, si es que no ha quedado definitivamente cortado previamente por un encuentro acelerado con la muerte, aunque esto no lo mencione el libro.

Una obra poética sobre un clásico de las relaciones homoeróticas que sabe actualizar ese tema, y sobre todo personalizarlo, con una voz que, repitiendo su error en la misma piedra (con distinto rostro), nos revela su autenticidad, su naturaleza humana y sujeta a la carne, a la sangre, al deseo y a la belleza de la cruel juventud.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.