Porque existe vida más allá del cine de Hollywood, ‘Tropa de élite’ nos llega este fin de semana como una bocanada de aire fresco, para mostrarnos que el cine de acción y de aventuras no es exclusivo de la industria estadounidense, y que puede ser desarrollado en otras latitudes con mucho más respeto por la inteligencia del espectador.
‘Tropa de élite’ es una película brasileña que ya conocíamos hace tiempo, gracias a que se llevó un ‘Oso de oro’ en el festival de Berlín, y que se aleja de la habitual filmografía carioca. El director, José Padilha, le ha sabido dar una vuelta de tuerca al cine social que siempre nos llegaba desde Brasil, y le ha añadido un cariz comercial que hace de su película un producto muy apetecible.
Es una historia de buenos y malos, pero con algunos puntos grises muy interesantes, los cuáles no se encuentran presentes, por desgracia, en toda la película. Peca en exceso de buenas intenciones, lo cuál se contrapone con la dureza de la historia que nos cuenta y el hermetismo sentimental con el que están construidos los personajes.
Las localizaciones son excelentes, como no podía ser de otra manera, y el reflejo de la vida de la favela brasileña es sensacional, mostrándonos un lugar donde se entremezclan los sueños, la droga y la miseria, a partes iguales.
Pero, sin duda, la mejor característica de la película es el libre albedrío ideológico que concede al espectador, ofreciéndole varios puntos de vista sobre un mismo problema, pero sin decantarse por ninguno de ellos, con lo que el especador es libre de sacar sus propias conclusiones.
En definitiva, una excelente propuesta para el fin de semana de la que no deberías perderte ni el comienzo (gran precisión en la presentación de los personajes y de las situaciones), ni las escenas de acción (realistas hasta el extremo).
