Escrito en el agua
Odisea editorial, Madrid, 2011, 424 páginas.
Con un estilo ameno, sobrio, sin falsos alardes, pero provisto siempre de la palabra justa, con la ironÃa y la sutileza que le caracterizan, Pedro Menchén nos relata en este libro la aventura de su vida, una vida llena de pequeños pero fascinantes acontecimientos, que examina exhaustivamente, sin soslayar lo inconveniente, aunque evitando la tentación del exhibicionismo fácil.
En la lÃnea de las grandes autobiografÃas de nuestro tiempo (a medio camino entre Las cenizas de Ãngela y Antes que anochezca), Escrito en el agua es, sobre todo, un ejercicio de introspección, tan riguroso como honesto, en el que su autor no elude los temas más espinosos, las propias culpas y responsabilidades. Pero este libro es muchas cosas más: es la crónica dolorida y sentimental de una generación y de una época, la que va desde los años cincuenta del siglo anterior hasta la Transición. Es un canto a la amistad y a la deslealtad. Es un grito de horror ante la fugacidad de las cosas. Y es, asimismo, el autorretrato “sin retoques†de un perdedor (o de quien se considera a sà mismo un perdedor), pero que triunfa, siquiera moralmente, sobre la hipocresÃa y la mendacidad circundantes.
Pedro Menchén nos habla también aquà de su relación con Francisco Umbral y Gregorio Prieto (el pintor de la Generación del 27 que presumÃa de haber sido amante de Lorca), a quienes conoció en su juventud y a los que dedica sendas etopeyas impagables.
Finalmente, nos describe los ambientes gays de Madrid en los años setenta, ciudad que llega a comparar con el BerlÃn de los años treinta.
Si, como decÃa Cernuda, uno no es el mismo después de leer un buen libro, estamos seguros de que ningún lector volverá a contemplar su propia vida o la vida de los demás del mismo modo después de la enriquecedora experiencia que supone adentrarse en las páginas de este libro.
(Texto compuesto por la editorial para la contraportada)