A la memoria de Antonio Machado y su madre
“Como el árbol viejo a la orilla del camino
Tu noble figura humilde medita y contempla”
Un cuarto de siglo no es nada de tiempo para recordar a un hijo pródigo. Y no digamos sí es republicano y muerto en el exilio. Esto ha sucedido con el monumento, obra del artista Jorge López, al poeta de España Antonio Machado colocado el pasado diciembre en el blanco rincón a un lado de la fachada del palacio de Las Dueñas donde nació y ahora retorna con la memoria de sus versos:
“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero”
Un 22 de febrero de 1939 fallece en el exilio junto a su anciana madre en la pequeña ciudad francesa de Colliure. Setenta y seis años más tarde vuelve como efigie al rincón donde vio la luminosa luz de Sevilla. Setenta y seis años han transcurrido. Largo camino por ser poeta de verso claro y diamantino.
Caminante hay camino
aunque fatigue el andar
en la lucha contra el mal.
La margarita es ensueño
que alegra el caminar,
entre si o no, la verdad.
En un vagón de tercera
mejor cantar que rezar.
si el corazón desespera.
Madre e hijo triste andar
por ese duro camino
que los llevará a enterrar.
Cercano final se avisa
fondo de tanta tragedia
sombras el luto siembra.
La sobria noche de piedra
en un vagón de vía muerta.
¡Desgarro!, ¡cuánta tristeza!
Aquí tallada historia
recuerdos del caminar
de dos ríos hacia la mar.
Cien años que yo viviera
no me cambiarían de sino,
Manolo nos dio la copla
Antonio nos dio el amino.
Camino que largo eres,
que largo son los caminos