Grabas en mi pecho a hierro candente
Aromas de sándalo y fuego blanco.
Generas frío y vacío cuando mi esencia no te toca,
haciéndome el amor sin carne y sangre.
Y te vistes del aliento de la aurora,
Para robarle a la noche su encanto,
Divertida despojas al océano de su verde capa,
para derramarla indecente en mis manos atrofiadas
Saturado de ti estoy sin tenerte
Condenado a vagar errante es tu legado,
Testigo mudo, sordo, ciego, macabro
en mi lecho aún clamo tu certero dardo.
Porque insuflas de vida y orgasmo a todo lo prohibido,
Por que sin ti, el mundo, mi mundo,
Decapitado y sin sentido yace a tus pies,
yace en tu regazo.