Microrrelatos
A veces me sorprende una llamada anónima que me responde silencio cuando inquiero su identidad. Y cuelgo.
A veces me sorprende un sueño de fantasmas sin rostros que se desvanece cuando pretendo vivirlo. Y me despierto.
A veces me sorprende oír pasos que me persiguen y, cuando me giro, no hay nadie. Y sigo solo.
A veces el corazón me golpea acelerado el pecho y la respiración se agita como si acabara de cometer un delito a causa de un pensamiento. Y trabajo.
A veces los sentidos se confabulan para alucinarme entre lo real y lo imaginario. Y me confunden.
A veces dudo incluso si estoy cuerdo. Y escribo.