Las pretensiones independentistas que tienen algunos son puras quimeras que jamás llegarán a materializarse.
El Tribunal Constitucional acaba de desestimar la consulta soberanista que pretendía llevar a cabo el señor Mas en Cataluña, argumentando que dicha consulta es ilegal por estar en contra de los artículos 1 de la Constitución (que declara que la soberanía reside en el pueblo español) y 2 (que recoge la unidad de la nación española). Y así, de esta guisa y en apenas media hora, los 12 jueces del Constitucional han despachado este asunto con más prisas que pausas y encarrilándolo hacia la misma vía muerta en la que todavía sigue parado ‘El plan Ibarreche’. ¿Se acuerdan de él? Pues yo tampoco.
Lo que más escuece de este asunto es que no hace falta ser tarotista para haber adivinado desde el principio lo que iba a pasar.
Por supuesto, el erre que erre seguirá, ya lo verán. Más y sus comulgantes por un lado y el Gobierno por el otro. Y los daños colaterales que ambos están generando mucho me temo que los vamos a sufrir los ciudadanos: mayor radicalismo en las calles, desavenencia y fricción vecinal, homofobia, etc. O sea, problemas de otrora que los teníamos casi hibernando se van a despertar en un estado máximo de excitación.