Es cierto que Japón da un giro respecto a lo que era antes de la era Meiji, cuando se consideraba un país cerrado a cualquier influencia extranjera. Meiji no puede traducirse como un cambio para estar a la par con los países occidentales, sino de un reconocimiento a las sociedades extranjeras, parte fundamental de la evolución del Japón. Vale aclarar que, de esa interacción, Japón no se anula como nación. Pasa a aprehender de occidente y adopta algunos elementos culturales, sin negar su propia cultura. Por ello no puede hablarse de transculturación (1).
Kurosawa no pertenece a la generación baby boom (después de la Segunda Guerra Mundial). Nace en Japón, en 1910, entre la era Meiji y la Taisho, conocida esta última por ser el momento cuando se da impulso a la modernización y aparecen la moga (chica moderna, de la urbe) y el mobo (chico moderno). Se gesta un ambiente de democratización del gobierno, con una constitución al estilo occidental y, entre otras notas, la llegada de las ideas del capitalismo, socialismo y nacionalismo.
Contrario a lo que pudiera pensarse de una educación, estrictamente, occidentalizada, hay que agregar que la familia Kurosawa estuvo arraigada a la tradición japonesa. El padre de Akira (Isamu Kurosawa) fue un samurái quien enseñó a sus cuatro hijos la disciplina, además del interés por las artes: la caligrafía, el kaedo. Isamu, a pesar de su rigidez en el cumplimiento de los deberes fue un hombre abierto y así lo confirma Akira, años más tarde, en su autobiografía: “… fue la actitud de mi padre hacia el cine la que me fortaleció y me animó a convertirme lo que ahora soy… él nos llevaba a verlo con frecuencia. Á‰l constantemente defendió su convicción de que ir al cine tenía un valor educativo, incluso más tarde, en tiempos más reaccionarios, nunca cambió” (Kurosawa, 1998, pp. 26-27).
Aunque Akira, en su autobiografía, mencione con más frecuencia al padre que a la madre (Shima), puede advertirse que fue un modelo de mujer obediente y trabajadora, una figura clave que luego tratará de representarla en su filmografía, especialmente en “Los sueños de Akira” (primer sueño) donde la mujer es fiel a la tradición japonesa.
Shima parece ser más apegada a la tradición mientras Isamu pudiera considerarse más abierto a los cambios. Por otro lado, Heigo (hermano mayor) se acerca a occidente desde la literatura. Este acercamiento exótico (2) lo pone ante su hermano menor como un joven digno de imitar, un maestro para su formación artística.
Para 1923, tras el terremoto en Kyoto, llegan las películas hollywoodenses. Akira a sus 13 años ya se va aproximando a aquella cinematografía.
“…Heigo fue su verdadero guía y maestro; gracias a él conoció el cine de Griffith, Chaplin, Keaton, Von Stroheim, John Ford, Abel Gance, Renoir (que se convertiría en uno de sus favoritos) … Heigo también representaba para el joven Akira una idea de rebeldía frente al carácter reservado y cerrado de su padre; aunque de forma tímida, la idea de que Japón era un país dominado por rigideces sociales excesivas se encontraba en su mente, y Heigo alentaba sus ganas de salir del cascarón y conocer la cultura de otros países” (Kurosawa T, s.f, pág. 2). Culturalmente la presencia de personas como Heigo era inevitable.
En Japón surgieron otros cineastas tildados, también, de occidentales. No resulta extraño este hecho, ya que por ejemplo, para Asomura (1997) la modernización se desarrolló específicamente, en lo material aunque de fondo el japonés reclamaba condiciones de igualdad de occidente a oriente, sobre todo ante los conflictos territoriales. Mientras estos reclamos aparecían con mayor frecuencia se mantenía el núcleo del “espíritu japonés y tecnología occidental”
NOTAS:
(1)Para Bronislaw Malinowski en: Ramiro (2007, pág. 154), “la transculturación… es un proceso en el cual emerge una nueva realidad, compuesta y compleja; una realidad que no es una aglomeración mecánica de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo, original e independiente…”
(2) Aquí se entiende exótico como el interés por lo desconocido.
REFERENCIAS:
«¢ Ramiro, José (2007). Cultura y alteridad. En torno al sentido de la experiencia latinoamericana. Caracas: Monteávila Editores, Fundación Celarg, Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
«¢ Kurosawa, Akira (1998). Autobiografía. Editorial Fundamentos.
«¢ Kurosawa, Toshiro (sf). Un visionario del séptimo arte. Akira Kurosawa, una breve introducción a su obra. Cuadernos Tijeretazos. Disponible (on-line): http://www.scribd.com/doc/6588069/Akira-Kurosawa
«¢ Asomura, Tomoko. (1997). Historia política y diplomática del Japón moderno. Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericanos.