El incidente o enfrentamiento que hace unos días se produjo en Madrid, cuando un grupo de bomberos se dedicaban, para evitar que el fuego se propagara a los coches allí estacionados, a intentar apagar el incendio de unos contenedores que estaban ardiendo como consecuencia de los altercados producidos en la capital de España por grupos de manifestantes apoyando el movimiento ciudadano que estaba aconteciendo en el barrio burgalés de El Gamonal fueron apremiados por un grupo de policías antidisturbios que se dirigían al lugar donde se estaban dando los incidentes lo que provocó una discusión entre bomberos y policías, siendo detenido y conducido a comisaría uno de los bomberos. Si a este incidente le añadimos lo ocurrido en lo que yo he dado en llamar el “caso Cotorra”, donde el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, antes de que comenzara la operación policial para detener a ocho abogados que controlan a los presos etarras, por cierto si no he leído mal los ocho ya están en la calle, el ministro del Interior, que mejor estaría en el exterior de este ministerio, y nos evitaríamos que algún día provoque el que arda Roma con Santiago, habló hasta por los codos y dio pelos y señales de la identidad de los que él daba ya por detenidos y como se había desarrollado la operación policial lo que dio tiempo a los sospechosos a poner pies en polvorosa y muy posiblemente proceder a la destrucción de pruebas que les pudieran comprometer.
El título de este comentario es el de “Algo no va bien” y efectivamente algo no va bien yo diría que algo va bastante mal, el Gobierno se ha puesto nervioso porque se la “ve venir”, lo del barrio de Gamonal es para tomarlo muy en serio, yo lo comparo con esos incendios que arrasan un gran bosque y que comienzan por el simple hecho de que un automovilista ha tirado una simple colilla por la ventanilla o un pequeño trozo de cristal ha prendido fuego al matorral por efectos del calor solar ardiendo todo lo que pilla a su paso.
El Gobierno sabe que lo de Gamonal es serio, muy serio, y que ya había tenido eco en mayor o menor medida en otras ciudades españolas y que de momento se ha podido parar. Es evidente que el nerviosismo gubernamental agravado por la ineptitud del ministro del Interior se lo ha transmitido a los mandos policiales y estos a su vez a sus subordinados. Lo del bombero puede parecer un hecho aislado pero desde luego es muy significativo dada la tensión a que están sometidos los agentes del orden que no hacen más que cumplir las órdenes de sus superiores, de “cargar” o “no cargar”.
Es preocupante cuando la ciudadanía detecta signos evidentes de nerviosismo entre los encargados de guardar el orden, porque garantizar el orden no se concreta en dar porrazos a golpe y siniestro, eso no hace más que provocar un aumento de la violencia. En las televisiones, los ciudadanos vemos escenas de cargas policiales desproporcionadas y de apaleamientos a ciudadanos que no hacen más que mostrar su disconformidad sin recurrir a protagonizar actos vandálicos, eso los ciudadanos lo sabemos valorar y además con mucha claridad. Hay algo que nos llama poderosamente la atención a los españoles y es el “parte” final una vez acabados los incidentes. Resulta que unos servidores públicos que van equipados con porras, pistolas, lanza pelotas de goma, escudos, cascos protectores caretas antigás, gases lacrimógenos, chalecos antibalas, botas especiales, rodilleras protectoras, guantes especiales. tan protegidos van, cosa que no me parece mal, que uno no llega a entender cómo pueden moverse con soltura por otro lado cuando dan el número de detenidos y el de aquellos que han sufrido lesiones te encuentras con que los que van protegidos son los que más han sufrido lesiones de cierta consideración, mientras los que prácticamente van a pecho descubierto, máximo protegen su cara con un pañuelo o un pasamontañas, solo unos pocos de ellos han sufrido algunas contusiones de menor importancia algo que a muchísimos nos llama la atención y cuya finalidad no tenemos muy clara, aunque intuimos el porqué se hace esto.
En honor a la verdad debo aclarar que esto no es una crítica a nadie en absoluto, esto es exponer públicamente mi opión, no descartando excesos que los hay por parte de algunos, exaltados los hay en todas partes, que aquellos a los que les encargan “apaciguar” a la gente no hacen más que cumplir órdenes. Los responsables no son los “soldados” son los políticos que gobiernan y tienen poder sobre los mandos.
Acabo como comencé: Algo no va bien y en esta ocasión no me refiero a la crisis. Cuando hay una crisis todos perdemos mucho, cuando afloran los nervios, cuando los que mandan se descontrolan síquicamente y el miedo les deja agarrotados se puede perder todo y principalmente la libertad y los derechos ciudadanos.