Nadie me ha dicho que debo nacer,pues no me digáis que debo morir.
Desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. Sí, todo este tiempo estamos cumpliendo una ley que se considera como arbitraria desde que un ser vivo era vivo.
¿Pero sobre que es esta ley que nos ordena nuestras vidas? Una ley que dice que la vida tiene siempre su fin. A lo mejor esta ley se formó en unos tiempos cuando una persona no podía aceptar que todo el agobio, toda la felicidad y todas las decisiones que estaba tomando todo el tiempo desde que se recuerda, son, simplemente dicho, insignificantes.
Me estoy preguntando que ¿qué pasa con los que creen que un alma no existe sin un cuerpo o los que creen que el alma existía y existirá para siempre? Los primeros saben como quieren vivir y como quieren irse. Para ellos la muerte no provoca miedo ni un sentimiento malo, ni tienen esfuerzo para salvar su vida en tiempo de amenazamiento. Siguen su vida sólo por los que conocen y cuando ellos se van, sus vidas inperspectivas se van también. Los segundos saben que su alma será con ellos para siempre y que su alma no puede irse sin ellos porque ellos son ella misma. Pero si esa persona cree que el alma era siempre suyo y que nunca se destruye ni se transforma en otro tienen que saber algo más que yo, porque así tienen que recordarse de todo que era, es y será. Al menos sus almas lo recuerden. ¿Y si lo recuerden pero nuestro cuerpo no? Es posible que emiten toda su energía para que nos demos cuenta de lo que pasó. Exactamente por esa causa queremos vivir lo más posible sin guardar miramientos a lo que quieren nuestras vidas actuales. ¿Qué pasa con los que creen que después de la vida no es nada? Si toda mi hipótesis fuera verdadera, entonces estas personas tendrían razón y serían de acuerdo con los que creen que la alma es inmortal. Si se cree que el alma se recuerda de todo, pero el cuerpo no, cuando el cuerpo se va, alma continua y nosotros lo recordamos sólo como un fin finalmente final aunque no lo sería así.
¿Y mi respuesta? Quien sabe si la vida no es una agonía y la muerte una vida.