Ha pasado tu vida, tienes ya muchos años,
recuerdas muy vivo tu primer amor,
Tu primer baile, cuando corrías con energía,
Tienes vivas en la mente todas aquellas cosas
que te hicieron conocer, crecer y compartir.
—
¿Crees que ha sido en vano? Te aseguro que no,
¿Quién como tú ha hecho reír a alguien triste,
o ha viajado tantas rutas y tiene cantidad de historias
que contar y recordar?, ¿Quién como tú sabe de la espera?
—
Sientes que tus músculos no responden,
que tus huesos están débiles, que todo cuesta más;
tienes algo que yo no tengo, experiencia y sabiduría,
alúmbrame con tu luz para saber llegar allí un día,
a cuántos les es interrumpido antes el milagro de la vida.
—
Te sientes inútil y cansado, a veces te llenas de hastío,
cuéntame tus historias desde niño, novelas inéditas
que nadie ha escrito jamás, solo tú eres su dueño.
Enséñame cómo llegar hasta donde tú has llegado,
¿Qué debo hacer para tener el derecho de ver más primaveras?
—
Dame el abrazo más tierno que existe, déjame recordar
la relación más entrañable que es la de tener un abuelo.
Gózate de tus hijos mayores, tener la gracia de verles
crecer y convertirse en padres igual que tú,
un día quizá también tengan ellos ese privilegio
de ver estirarse a sus frutos, y a los frutos de sus frutos.
—
Enciende tu luz, no decaigas, eres pilar de generaciones,
experiencia que enseña verdades, sabiduría que reprende necedades,
Si tu decaes yo decaigo, si tu eres cobarde yo siento miedo,
Si tu eres justo yo soy recto, si tú eres humano yo aprendo.