Es un compromiso poético solidario, acercarse la vida y la lírica de Miguel Hernández sin caer en los tópicos de “Poeta del pueblo”, “Poeta cabrero” y otras simplezas. Pues como señaló Dámaso Alonso “Que nada se interponga entre el lector y la obra”, esto es lo que representa esta sentida y solidaria biografía del poeta de Orihuela.
Con palpitante claridad y conciencia, el escritor y ensayista Andrés Sorel publica “Miguel Hernández, memoria humana” biografía novelada y sentida, como exige la humanidad del poeta, no solo por el hecho de celebrarse este año el centenario de su nacimiento, sino por su perenne vivencia personal y lírica. Actitud trágica hasta el luto, muerte cruel bajo la dictadura del nacionalcatolicismo.
Por eso Sorel, con la claridad de ideas y compromiso que le caracteriza, en las páginas del primer capítulo del libro “Sin olvidos ni traiciones”, señala que: “Un libro, una aproximación a la vida y a la obra de Miguel Hernández no debe buscar su fijación beatífica o reglada, su definición dogmática, sino su rescate para una cultura viva, su proyección hacia lo global, abierta, liberada, que buscamos”
Porque el poeta, por tomar un ejemplo, vivió la guerra comprometido con la causa y el deseo haciendo camino al vivir de forma muy distinta a la de otros grandes poetas, al considerar que «su obligación era llevar la literatura al frente, no permanecer en la retaguardia, cuando para otro era más importante la propaganda que el frente».
Es la evocación ejemplar que muestra Andrés Sorel en esta biografía novelada, perfil humano de un poeta y luchador, cantor con olor a universo. Y para confirmar su intención y compromiso, el autor toma una cita de Kierkegaard: “No vale la pena escribir de un pasado que no pueda convertirse en presente” Y es que la poesía de Perito en luna fluye desbordante de vida y temblor humano. Porque toda ella es venero de una creatividad intensa, conmovedora y comprometida.
La biografía muestra, con rigurosa documentación, las verdaderas y sentidas amistades con la que siempre contó MH. Una de ellas, la más sincera y cariñosa, fue la de Vicente Aleixandre: “Era un muchacho muy pobre, servía con mucha dificultad, pero con enorme valentía. Era un hombrea abierto de corazón libre Un ser alegre, de fondo dramático. Un ser generoso al máximo, donde hubiera dolor allí estaba él”. Son emocionales y justas las precisiones de Aleixandre a las que se puede sumar la del siempre exigente en lo poético y ético de Juan Ramón Jiménez por su transparencia y tino al definirlo en su referencia a la elegía dedicada a Ramón Sijé:
“Todos los amigos de la “poesía pura” deben leer estos poemas vivos. Tienen su empaque quevedesco, es verdad, su herencia castiza. Pero la áspera belleza tremenda de su corazón arraigado rompe el paquete y se desborda, como elemental naturaleza desnuda”
Murió un 2 de marzo de 1942. Domingo de Ramos. Reflejada en los sentidos versos de Aleixandre: “Nadie gemirá nunca bastante tu hermoso corazón nacido para amar / murió, fue muerto, muerto, acabado cruelmente acuchillado de odio” Y cierra el autor de la biografía: “Muerte del hombre. Muerte, tema de la poesía. Muerte, canción de esta España que sangra rencor, odio, crueldad, por todas sus tierras”