Apenas un minuto de amor hemos hilado juntos y ya me tengo que alejar, con la cabeza gacha y el corazón a trozos, hacia este limbo obscuro desprovisto de tu boca, de tu olor y de tu entraña viva. Apenas un minuto.
Apenas un hueco para sentirte. Que es como si de una mano gigante y extraña se hubiera desprendido el rayo loco que paraliza los sueños y la gloria de los amantes. Y ya no tocarte. Y ya no beber de tu pozo hondo. Y ya ni siquiera contemplarte, pues tan solo me resta una estela fugaz en apenas un minuto.
Apenas el destello exiguo de, por lo menos. afianzar en mis pupilas tu mirada de océano. Recoger, aunque sea, la parte triste de tu vida y entristecerme contigo, solitarios y mudos. Movernos como las olas, en un vaivén amarillo y blanco. Tras las dunas, sorprendernos con los fuegos mensajeros del firmamento, rodearnos de misterios, horadarte el cuerpo a dentelladas de seda y engendrar luceros, amarte por la vaguada del tiempo…