Consonancias, 46
Es la voz que corrió entre los buenos aficionados a la música que acudieron el pasado 23 de septiembre al concierto que ofreció en la sala Mozart del Auditorio zaragozano el pianista ruso Sergei Yerokhin, un mocetón enérgico pero capaz, sin embargo, de matizar la inspiración de Chopin en la ‘Sonata nº 2, Opus 35’ que contiene la impresionante ‘Marcha fúnebre’ del músico polaco. Una energía que descargó imponente en la ‘Sonata nº 9, Opus 83’ de su paisano Prokofiev, con la que se cerró el programa.
Un programa que se había iniciado con la ‘Sonata nº 29, Opus 106’ de Beethoven, donde Yerokhin experimentó tímbrica y rítmicamente con el piano, aprovechando la amplitud de conceptos del autor en esta obra, una de las más tardías de la serie. El genio de Bonn había dicho al terminar su partitura: «Ya sé componer», y en paralelo el pianista moscovita pudo decir al concluir su trabajo: «Ya sé interpretar», aunque le costara esfuerzo descifrar las claves que utilizó Beethoven para realizar la que denominó ‘gran sonata para piano de martillos’, dándole el sobrenombre con el que se conoce entre los entendidos: ‘Hammerklavier’.
El pianista chino Lang Lang
Ahora, el próximo jueves 3 de octubre, llega el inmenso pianista chino Lang Lang, que dedicará su atención a Mozart y a Chopin. Tiene organizada una gira por Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Bilbao, una gira con el éxito garantizado y los aforos prácticamente completos (ya están agotadas las localidades en Madrid) porque se trata de un artista extraordinario, un fuera de serie, que además de su carrera personal se dedica apasionadamente a compartir música con la gente joven y fue reconocido recientemente por la UNICEF como Embajador Internacional de Buena Voluntad.
Quien aún no lo conozca y desee hacerlo, puede encontrar en Internet varias referencias a la persona y las interpretaciones de este genio.
