Cultura

Batman: la ideología del entretenimiento

Cristopher Nolan, director de Batman, The Dark Knight Rises (2012), una vez más me ha sorprendido con una buena película. Como la anterior, donde el Joker, interpretado magistralmente por el malogrado Heath Ledger, representó el mal desde otra perspectiva: la perversidad extrema y la introducción de un componente ideológico (la teoría del caos) marcaron un hito en la saga de Batman a lo largo de su historia en el cine. Fue la muestra cinematográfica del caos y de la maldad más palpable de nuestro tiempo, porque el contexto era actual en los momentos de mayor tensión producido por el terrorismo global.

En esta última entrega de 2012, la película comienza con una gran escena: la del escape de Bane y sus secuaces en pleno vuelo. Con Gotham sin su súper héroe, aparece Bane, el villano, un personaje brutal, forjado en el infierno de una prisión. En las alcantarillas de la metropoli es donde los seguidores de Bane tienen su base de operaciones. Dejan fuera de combate al comisario Gordon, y la ciudad queda a merced de los bárbaros. Pero Batman reaparece en Gotham para salvarla después de unos años de ausencia, debido a que se inmoló moralmente para salvar el honor del fiscal Harvey Dent.

«El caballero oscuro: la leyenda renace» (su nombre en la versión en español) no me decepcionó, como  la anterior de 2008 tampoco. Sin embargo, el espectador debe tener en claro dos factores importantes a la hora de valorar una película: el continente y el contenido. Así, por medio de esta metonímia, podemos hacernos una idea íntegra de una película.

El continente (que en realidad es lo más importante en el mundo del cine, porque el cine al fin y al cabo es entretenimiento puro y duro; es sacar al espectador de la realidad por dos horas) de esta última entrega de Batman es perfecto: los efectos especiales que debe tener toda película del género de los Súper héroes, la trama evidente que enfrenta el bien contra el mal, el reparto, los excelentes diálogos, la fotografía, etc.

Mis discrepancias se encuentran en el contenido: la utilización de un discurso social en boca de un villano. Cuando Bane dice textualmente: «Pueblo de Gotham, ya no seréis esclavos, seréis dueños de vuestro destino», en realidad no se trata de un simple discurso, ya que la lucha de clases propone la igualdad. Con esto se está dejando el discurso social por los suelos, dándole mala fama. ¿Pero contra quién se enfrenta el villano agitados de las masas? Pues contra el corazón del capitalismo: Wall Street. En realidad nos están diciendo: «Queridos espectadores no os enfrentéis al poder establecido por el capitalismo, porque, de lo contrario, seréis terroristas como Bane». Los buenos, según la película de Cristopher Nolan, son Wall Street y el capitalismo. En realidad, el discurso de Bane tiene un fuerte componente ideológico que va dirigido a cualquier intento de insurrección social, al movimiento Occupy o a sus simpatizantes, a los indignados, a todos los que están contra los banqueros, a quienes piensan, en definitiva, que en las altas esferas del capitalismo está el origen de la crisis. El mensaje es sugerente, poderosamente persuasivo. Cuando en la película nos dicen textualmente «los magnates como Wayne son buenos porque ayudan a los niños pobres de los suburbios», en realidad nos están diciendo «los magnates como Wayne son buenos porque de lo que les sobra ayudan a los niños pobres» (esto es muy típico en una sociedad como la de Estados Unidos donde los magnates crean fundaciones para ayudar a los pobres en lugar de que el Estado, o las instituciones públicas, se hagan cargo de ellos. Un ejemplo de esto es que en ese país, a pesar de ser la primera potencia mundial, sus ciudadanos no tienen cobertura sanitaria: se lo tienen que pagar ellos mismos mediante seguros médicos privados). Cuando nos dicen en la película textualmente «si os organizáis contra Wall Street o el orden establecido o contra el capitalismo, os arruinaréis», en realidad nos están diciendo «mirad al villano Bane que os ha comido el coco; no os organicéis, no hagáis nada, dejad que nosotros, los listos de Wall Street, solucionemos los problemas del mundo».

Pero todo es entendible desde el punto de vista monetario: es una cadena que va desde Hollywood hasta el espectador y con Cristopher Nolan en medio, haciendo de intermediario. Y a nosotros, los espectadores, nos adoctrinan, o lo intentan, mediante estos discursos sutiles que pasan desapercibidos en los espectadores incautos.

 

 

*Imágenes de Warner y Google.

www.elblogdejuancarlosaguirre.blogspot.com

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.