Otro teatro, esta vez de titularidad municipal y subvencionado, es Hebbel am Ufer (Hebbel en la Orilla), ubicado en el distrito berlinés de Kreuzberg, el distrito con mayor densidad de población turca de la ciudad. Bajo este nombre se han unido tres salas: El Teatro Hebbel (Hebbel-Theater, HAU 1), el Teatro en la Orilla de Halle (Theater am Halleschen Ufer, HAU 2) y el Teatro en la Orilla (Theater am Ufer, HAU 3). Este grupo de teatros se iinauguró en octubre de 2003 con el festival «Arte y Crimen». El triángulo teatral se aniciaba entonces bajo la dirección de Matthias Lilienthal, durante años colaborador y cabeza pensante de Frabk Castorf en el teatro VolksbÁ¼hne, en Berlín oriental, con gesto combatiente y puño alzado. «HAU significa en alemán «pega«, imperativo del verbo «hauen» (pegar). Conociendo a Lilienthal, toda una declaración de intenciones.
Lilienthal, que afirma estar harto de tanta «caca de teatro» (Theaterkacke) y que prefiere concentrarse ahora en la «caca de la realidad» (RealitÁ¤tskacke), concibe las tres casas de su conjunto teatral HAU 1, 2, 3 como gran experimento, acercándose paulatinamente a terrenos no teatrales. Con una energía fuera de lo común, un presupuesto de producción que antes estaba destinado a sólo uno de los tres espacios escénicos y un exiguo equipo de 24 personas (20 de ellas procedentes del Hebbel-Theater, Lilienthal ha logrado en poco tiempo revitalizar una de las zonas más muertas de la ciudad. En su primera temporada presentó 335 funciones en 118 proyectos y producciones independientes e internacionales, así como dos nuevos festivales.
Antes de que Lilienthal declarara los escenarios del combinado teatral como una «plataforma abierta» o, lo que es lo mismo, como «un espacio vacío que se puede llenar de diversas formas», las tres salas tenían un contenido bien distinto. Al igual que antaño el Teatro Hebbel, HAU 1 había sido uno de los espacios de exhibición de más proyección internacional. De 1989 a 2003, su directora artística, Nele Hertling, fomentó una red flexible que colaboraba y coproducía con instituciones como la Fundación Felix Meritis de Amsterdam, la Szene Salzburg o el Kaaitheater en Bruselas, e impulsaba el intercambio con artistas como Laurie Anderson, el Wooster Group, Meredith Monk, Ricardo Bartin o Richard Forman.
Otra sala con una gran historia es el Theater am Halleschen Ufer (HAU 2), que fue la primera sede de la SchaubÁ¼hne de Peter Stein. En él se cosecharon sus primeros triunfos actores de la talla de Bruno Ganz, Otto Sander, Jutta Lampe o Edith Clever. Durante los años ochenta y noventa y bajo la dirección de Zebu Kluth, el Teatro en la Orilla de Halle se convirtió en un escenario para grupos independientes, impulsando especialmente la dazna contemporánea.
El tercer espacio escénico, el Theater am Ufer, fue la sede del Teatr Kreatur del director polaco Andrej Woron, uno de los maestros de la escena independiente y cuyas producciones girron por todo el mundo.
La idea de juntar los tres teatros tiene su origen en la Consejería de Cultura del Senado de Berlín (gobierno del estado federado de Berlín). Mientras buscaban un sucesor digno para el Teatro Hebbel, se dieron cuenta que las otras dos salas en las inmediaciones seguían a la deriva y sin concepto claro, visiblemente dañadas por la creciente expectación que causaban las nuevas salas alternativas ubicadas en la parte oriental de la ciudad. De este modo, la nueva estructura de HAU 1, 2, 3 debía disponer de una sola dirección artística. Eso sí, la subvención existente debía repartirse a partir de entonces entre las tres salas, lo que significaba muy poco dinero para un teatro municipal alemán, pero muchísimo para un teatro independiente. (En Alemania existen básicamente tres tipos de teatro: teatros nacionales o estatales, teatros municipales y teatros privados).
A Lilienthal le interesa sobre todo abrir las salas a un público joven (teniendo en cuenta que en Berlín viven unos 130.000 estudiantes universitarios y 45.000 académicos), mientras afirma que «Berlín esbásicamente subcultura, aquí no existe la clásica clase burguesa. Hoy en día el teatro debe hacerse sin miramientos ni convencionalismos, debe abrirse a la aceleración del tiempo y a los cambios sociales. Hay que probar otras estéticas y otros contenidos. Hay que describir desde una perspectiva fría, casi científica, lo que ocurre en nuestra sociedad.» En otras palabras: Lilienthal quiere construir en este distrito berlinés de Kreuzberg un laboratorio teatral, donde se pueda experimentar con lo que ocurre realmente.
Bajo el lema «Mach was draus» (haz algo con ello) ha decidido abrir sus escenarios a una gran cantidad de grupos independientes, artistas berlineses y directores extranjeros invitados Su muy citada «búsqueda histérica de la realidad» o su deseo de mantener el caos en las tres salas al menos durante los tres primeros años también son programa: Cuantas más producciones se hagan, menos presión recae sobre cada una de ellas y más grande es la libertad de creación y experimentación. Lilienthal pone a disposición espacio, técnica y los (pocos) medios que están a su alcance. Lo que funciona sigue adelante, lo que no, pues fuera. No todos soportan tantyo estrés.
A Matthias Lilienthal le encantan las acciones y las palabras, por ejemplo «a mi me motivan unas aventureras ganas de realidad». La ubicación del conjunto HAU 1, 2, 3 en Kreuzberg, un distrito de artistas, okupas e inmigrantes, ha inspirado el inicio de una serie de proyectos fuera de los teatros. El proyecto «X Viviendas», que pretendía reflejar el hecho de que «cada casa es un escenario», introdujo a los espectadores de dos en dos en casas privadas, donde artistas alemanes y extranjeros manipulaban la realidad con sus puestas en escena. La coreógrafa argentina afincada en Berlín Constanza Macras realizó «Scratch NeukÁ¶lln» con niños polacos, libaneses y serbios. En el proyecto «100 Por Cien Berlín», cien personas seleccionadas según su edad, género, distrito, estado social y ascendencia, reprodujeron la estadística de la población berlinesa de mano del trío de directores Rimini Protokoll.
El conjunto del HAU representa, por tanto, algunas de las megatendencias teatrales del momento: Es interdisciplinar, no sólo en el sentido de que aquí se fusionan de manera espectacular teatro de texto, danza, música y artes visuales, sino también en el sentido de que aquí se intentan transgredir continuamente los límites del propio arte teatral, con el objetivo de enriquecer a éste. El resultado es un teatro ubicado en su tiempo y cercano a la gente.Fuente principal: Programa de la Red Española de Teatros. Fotos: HAU.
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Sobre el Autor
Jordi Sierra Marquez
Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.