Historia del Teatro en el KurfÁ¼rstendamm y del Teatro de la Comedia
En 1928 se hace cargo del teatro Max Reinhardt y encarga al arquitecto Oskar Kaufmann su reforma y en parte su nueva construcción. El resultado fue el teatro tal y como lo podemos contemplar hoy – al menos sus muros. Lamentablemente, la decoración interior se perdió en 1943 a causa de los incendios de la guerra. En 1932, Max Reinhardt se retiró de la dirección. El nuevo director se llamaba Leonhard Penkert. En 1933/34 cambian los directores seis veces durante una misma temporada. Agnes Straub asume la dirección del Theater am KurfÁ¼rstendamm y cambia su nombre en Teatro Agnes Straub. En 1935 asume la dirección de las dos salas el joven director técnico y artístico de ópera Hans WÁ¶lffer, que anteriormente perdió el empleo al quebrar la dirección del teatro privado Rotter. El mayor de los dos teatros pasó a llamarse nuevamente Theater am KurfÁ¼rstendamm. Reiteradamente tuvo problemas con el régimen dictatorial. Aún así, los teatros tenían gran éxito. La receta: EN sus salas actuaban artistas muy queridos que tenían prohibido actuar en las salas estatales. Incluso después, cuando ya no podía ser, el público mantuvo la fidelidad a los dos teatros hasta muy avanzada la guerra.
En 1942 las dos salas fueron nacionalizadas por el Ministerio de Propaganda nacionalsocialista. Los nuevos directores generales fueron Franz StoÁŸ (más tarde director del Teatro de Josefstadt en Viena) y Victor de Kowa. Los teatros recibieron la denominación de «Teatros Berlineses de Artistas» (Berliner KÁ¼nstlerbÁ¼hnen).
En 1943 ambas casas sufrieron daños por las bombas. Por la caída de un avión se incendiaron quemándose casi al completo sus interiores. Los muros se mantuvieron en pie.
En 1946 comenzó Achim von Biel con la reconstrucción de los teatros. Según se rumoreaba, los recursos para ello procedían con una befecatora que para este fin había vendido casi todas sus joyas salvadas durante la guerra. Los arquitectos fueron Remmelmann y Gauke. El Teatro de la Comedia fue reinaugurada con «Cábala y Amor» de Schiller. Las butacas y sillas se recolectaron de otras salas y cines destruidos durante los bombardeos.
En 1947, el Theater am KurfÁ¼rstendamm fue reinaugurado con «Un sueño de una noche de verano» de Shakespeare (ciertamente llama la atención que es una de las obras más representadas en la actualidad, aunque quede poco de la obra original). Entre 1949 y 1962, el teatro era el lugar de actuación de la Freie VolksbÁ¼hne, el teatro que sustituía a la VolksbÁ¼hne que se quedó en el sector soviético, después de que la sala hubiera servido por un corto período como cine.
En 1950, la sala se encontraba en un estado lamentable. Este año, Hans WÁ¶lffer se hizo cargo del Teatro de la Comedia. Anteriormente había vuelto a Berlín, trajo consigo a Curt Goetz y su esposa Valerie von Martens del exilio y causó con ellos sensación en el cercano teatro Renaissance-Theater, donde representaron «La Casa en Montevideo“. También durante su dirección del Teatro de la Comedia consiguió recuperar a muchos de sus amigos actores del exilio, así y sobre todo a los autores de comedia. Complementariamente inauguró junto a su hermano Siegfried el Teatro de la Plaza de Nollendorf (Theater am Nollendorfplatz), con un aforo de 1.000 plazas, para que sirviera de teatro de ópera (actualmente se llama «Goya» y está cerrado por quiebra). En esta sala actuaba Max Hansen en la opereta «WeiÁŸes RÁ¶ÁŸl“.
En 1951, Hans WÁ¶lffer encargó la reforma de la Comedia y la amplió a 600 plazas. Los arquitectos fueron Schwebes y SchoÁŸberger, que dieron a la fachada del edificio exterior un estilo más acorde con los tiempos.
Durante la década de 1950, actores estrella tan populares como Grete Weiser, Rudolf Platte, Victor de Kowa, Curt Goetz y Max Hansen hicieron que la Comedia tuviera el aforo siempre completo. También incluía siempre de nuevo obras musicales en el programa que tuvieron gran éxito: «Fuegos Artificiales», «El Pequeño Napoleón», «Kiss me Kate“ fueron algunos de los grandes éxitos. Hans WÁ¶lffer era el «especialista de los musicales» en Alemania y consiguió rebatir los argumentos de todos aquellos que afirmaban que este género no tendría éxito en Alemania. Por las noches, la Comedia ofrecía cabaret político, un género que especialmente en Berlín contaba siempre con mucho interés, sobre todo en la época de la posguerra y tras la construcción del muro. Con ello, cabaretistas como Wolfgang NeuÁŸ y Wolfgang MÁ¼ller se convirtieron en leyendas.
El contiguo Theater am KurfÁ¼rstendamm también presentaba grandes éxitos en este tiempo. La casa que cobijaba a la Freie VolksbÁ¼hne bajo su director Oskar Fritz Schuh se convirtió en un enclave vienés. En el escenario contaba con todos los que tenían categoría y nombre en Austria (el director del Burgtheater, Rudolf SteinbÁ¶ck, era un director artístico permanente de la sala). Prensa y público aclamaban a los artistas con una unanimidad poco frecuente. La vieja avenida del KurfÁ¼rstendamm volvió a ser el centro de atención de Berlín. Cuando Schuh cambió al teatro Schauspielhaus de Hamburgo (como sucesor de Gustav GrÁ¼ndgens), su puesto de director general fue ocupado por Leonhard Steckel, Rudolph NÁ¶lte y Erwin Piscator.
El Theater am Nollendorfplatz pasó a ser dirigido en solitario por Siegfried WÁ¶lffer. Bajo su dirección se representaron «Land des LÁ¤chelns“ (País de la Sonrisa) con Helge Roswaenge, «Capitán Baybay“, así como musicales modernos. Sim embargo, por razones de costes tuvo que cerrar.
Tras el traslado de la Ápera Municipal, en 1961 Hans WÁ¶lffer alquiló el tetaro en la Calle de Kant (Kantstrasse) y le vuelve a dar su antiguo nombre de Teatro del Oeste (Theater des Westens). Aquí ya había sido alguna vez director de orquesta bajo la dirección de los hermanos Rotter. Después de que sus jefes tuvieran que abandonar el país, se había convertido en director interino de la casa. Fue su primera dirección general de un teatro.
Dado que los compromisos financieros superaban sus posibilidades reales, representó obras de productores de renombre internacional. Cuatro actuaciones invitadas de la Ápera de Roma hicieron que la casa vibrara de los aplausos. Se compró el estreno europeo de «My Fair Lady“ y se contrató al director musical de la representación neoyorquina Franz Allers. Todos los que entendían algo de la materia llegaron ahora a la conclusión de que Hans WÁ¶lffer se tenía que haber vuelto completamente loco, especialmente porque a Franz Allers se le conocía en este país sólo como director de la Orquesta Filarmónica. Contrató a 50 músicos de primera categoría para la orquesta y el coro. Además, tenía que pagar al ballet, la sastrería propia y los gastos de los talleres, sin poder contrar con subvenciones. No suficiente con ello, en medio del período de ensayos se produjo la construcción del muro. Pero el esfuerzo de WÁ¶lffer valió la pena: «My Fair Lady“ se convirtió en el mayor éxito de la posguerra en Alemania y encima en un tema de actualidad política. El diario berlinés Der Tagesspiegel tituló el editorial tras el estreno con «My Fair WÁ¶lffer“. Casi durante dos años la producción se representaba sólo en el Teatro del Oeste. No se guardaron días de descanso, a excepción de la Noche Buena. Se inventaron los viajes a precio cerradio al teatro: La escapada de «My Fair Lady“, con vuelo con PanAm y alojamiento en el Hotel Hilton. Pronto se disponía de cuatro decorados y compañías, ya que durante años el musical estaba de gira por todas las grandes capitales de lengua alemana como embajador de Berlín.
En 1962/63, Hans WÁ¶lffer volvió a ser director del Theater am KurfÁ¼rstendamm, que entonces reformó y modernizó. Volvía a haber un bonito teatro en el gran bulevar -dorado, beige y rojo-. Como director artístico principal de la casa, Harry Meyen marcó la línea del nuevo y elegante «bulevar».
En 1965, los hijos de Hans WÁ¶lffer, JÁ¼rgen und Christian, se convirtieron en copropietarios del teatro. Se renunció al Teatro del Oeste, porque el riesgo financiero era demasiado elevado. Además, WÁ¶lffer necesitaba urgentemente un aval por las posibles pérdidas por valor de 100.000 DM para encargar una nueva obra en Nueva York. Pero el Senado de Berlín rechazó la asunción del aval. Hubiera sido el musical «Gigi«. Más adelante, cuando el teatro pasó a ser una sala subvencuionada, dicha obra se encareció de verdad. Después falleció Hans Sanden, el vicedirector (que en los años de 1920 había sido el vicedirector de los hermanos Rotter) y amigo personal de Hans WÁ¶lffers, stirbt. JÁ¼rgen WÁ¶lffer, que estaba contratado como actor en el Schillertheater, asumió interinamente las responsabilidades de Sanden. En 1966, JÁ¼rgen WÁ¶lffer se convirtió en codirector.
Entre 1971 y 1974 se contruyó el centro comercial Ku’damm-Karree. Aunque ambos teatros se quedaron dentro de sus muros históricos con su historia tan cambiante, ahora quedan envueltos por el nuevo edificio moderno. Muchos transeúntes pensaban que se trataba de dos pequeños y modernos teatros de bulevar. Especialmente en el caso del Theater am KurfÁ¼rstendamm, que antes había sido un edificio solitario, en su lado izquierdo ya no hacía sospechar ni tu tamaño ni su importancia. A ello se añade que ya no era posible la exposición exterior tan representativa como se concedía en aquella época a los teatros por contrato, debido a unas reglamentaciones muncipales de Charlottemburgo difícilmente comprensibles. La arquitecta del engendro fue Siegried Kressmann-Zschach.
En enero de 1971 se cerró el teatro para llevar a cabo una reforma muy costosa. El 1 de septiembre del mismo año se reinauguró. En 1974 JÁ¼rgen WÁ¶lffer se cinvirtió en el director general. Al fallecer Hans WÁ¶lffer en 1976, sus hijos JÁ¼rgen y Christian eran socios a partes iguales del teatro, mientras que JÁ¼rgen se convertía en el administrador único. Wolfgang Spier, llamado el «Rey de los teatros de bulevar» se convirtió en el director artístico principal.
Los años de 1970 y 1980
En 1986, la Comedia fue reformada a fondo y se equipó con unas butacas que imitaban la antigua butaca de los tiempos de Reinhardt. El arquitecto fue JÁ¼rgen Werner.
En 1988, JÁ¼rgen WÁ¶lffer capta al inversor Uwe Spranger para construir el teatro de comedias «KomÁ¶die Winterhuder FÁ¤hrhaus“ en Hamburgo. El arquitecto fue Peter Schweger. Las producciones se realizaron en Berlín, y también la administración se llevaba desde Berlín.
Los acontecimientos tras la caída del muro
A pesar de que los teatros en el KurfÁ¼rstendamm atraían aún en 1994 la mayoría de los espectadores de teatro de Berlín, las salas ya no vendían todas las entradas. Pero al mismo tiempo aumentaban los costes de forma constante. Era la contrapartida de los éxitos anteriores, casi excesivos. Eran las únicas salas de Berlín que no recibían subvenciones públicas. A pñesar de la buena marcha de las giras y del teatro hamburguense, empiezan a tener pérdidas. El Theater am KurfÁ¼rstendamm se subarrendaba entonces al productor de musicales Friedrich Kurtz. Su producción tan costosa como «Dime dónde están las flores» acaba en fracaso. El saldo son elevadas deudas de alquiler y de impuestos (incluido el IVA sobre los alquileres impagados), lo que hacía sufrir bastante a la dirección de WÁ¶lffer.
En 1996 volvió a haber una oferta para la construcción de un nuevo teatro por parte de un inversor. Se inaugura la Comedia de Dresde. Era algo así como una aportación a la reunificación parcial de Alemania.
En 1997, los dos teatros en el KurfÁ¼rstendamm volvieron a recibir una cubierta sobre la entrada y se podían reconocer nuevamente como salas de teatro. El propietario había conseguido imponer su criterio, a pesar de que la Rafael RothJunta Municipal del Distrito le había contestado hace años que «Las cubiertas sobre las entradas deberán quedar reservadas a los hoteles del KurfÁ¼rstendamm.»
En 2003, el centro comercial Ku’damm Karree fue adquirido por la inmobiliaria db Real Estate, una filial del Deutsche Bank. Un año más tarde, en 2004, JÁ¼rgen WÁ¶lffer traspasó la dirección de ambos teatros a su hijo Martin el día del primer centeraio del nacimiento de su padre Hans WÁ¶lffer. Pero las deudas de alquiler oprimían a los teatros. A pesar de las buenas cifras con respecto a otras salas, resulatab imposible cubrir todos los costes, sobre todo teniendo en cuenta que las otras casas, que contaban con sy¡ubvenciones, tenían una clara ventaja. El gobierno de Berlín lo sabía. A causa de esta situación, la dirección tuvo que aceptar un nuevo contrato de arrendamiento con plazos de rescisión más cortos.
A finales de 2005, el Deutsche Bank rescindió los contratos de arrendamiento con ambas salas con efecto a partir de 31-12-2006. A raíz de protestas masivas por parte de la opinión pública contra la decisión del Deutsche Bank, se celebró una serie de conversaciones entre el Deutsche Bank y la Familia WÁ¶lffer. En verano de 2006 la inmobiliaria db Real Estate prorrogó los contratos de arrendamiento hasta el 31-06-2007.
El antiguo comisario de la Oficina de Protecciíon del Patrimonio Histórico-Artístico de Berlín, Dr. Dietrich Worbs, examinó los teatros y llegó a la conclusión que ambos edificios son claramente merecedores de protección. Con esta valoración se opuso al criterio del actual jefe de la autoridad, que hastya la fecha no ha considerado necesario someter a los teatros a un examen. La editorial Deutscher Kunstverlag publicó entonces un libro con el dictamen mencionado anteriormente. En diciembre de 2006, la inmobiliaria db Real Estate vendió todo el complejo del Ku’damm-Karree a FORTRESS.
En 2007, Alice Stroever, la portavoz de política cultural y de medios de comunicación del Grupo Parlamentario berlinés de BÁ¼ndnis 90/ Die GrÁ¼nen (Alianza 90/Los Verdes) averiguó que en 1998 la Gran Coalición hizo suprimir de los contratos una antigua garantía de conservación de las salas a cambio del pago de 4 millones de euros, una garantría que existía en todos los contratos anteriores. El pago del dinero, que en su mayor parte tenía vencimiento al producirse la venta del edificio en 2002, fue confirmado por el Senador de Finanzas Thilo Sarrazin (SPD – socialista) ante la Cámara de Diputados de Berlín en contestación a una pregunta dirigida a él por Stroever.
FORTRESS prorrogó provisionalmente el plazo de desalojo para ambos teatros (hasta el 30-06-2008 para la Comedia, hasta el 15-01-2008 para el Teatro en el KurfÁ¼rstendamm). Pero no estaba a la vista ninguna solución a más largo plazo. En septiembre de este año, FORTRESS vendió el C.C. Ku’damm-Karree a Ballymore Properties.
Tras la sociedad americana FORTRESS, en 2008 pasa a ser propietaria del conjunto la irlandesa Ballymore Properties. Los teatros ya no disponen de ningún contrato de arrendamiento en vigor, pero siguen realiznado y programando actuaciones. Siguen las negociaciones sobre el futuro de ambas salas. También el Secretario de Estado de Cultura, André Schmitz, apoya la conservación de los dos teatros. La Comisión de Cultura rechazó nuevamente -con los votos de socialistas y comunistas- declarar los edificios patrimonio histórico-artístico. Actualmente se mantienen conversaciones con Ballymore Properties que podrían tener el resultado que se asegurara a largo plazo la permanencia de los teatros en el KurfÁ¼rstendamm. Está claro cuál es la intención de socialistas y comunistas. Las operaciones inmobiliarias son claramente especulativas y es escandaloso que fuera el Deutsche Bank quien se prestara inicialmente a destruir patrimonio cultural de la capital alemana. Evidentemente, sociedades inmobiliarias extranjeras dedicadas a la especulación no muestran ninguna sensibilidad a lo que significan los dos teatros, que por fuera no parecen tener la antigÁ¼edad e historia que tienen. Los progres de Berlín se dedican a la destrucción sistemática del patrimonio cultural de la parte occidental de la ciudad. La decadencia general del KurfÁ¼rstendamm es obvia. El Senado de Berlín, en manos de socialistas y comunistas, no muestra el menor interés por recuperar el antiguo esplendor de este bulevar berlinés y dedica sus esfuerzos exclusivamente al este y a complacer a los antiguos opresores de la parte oriental de Berlín y de Alemania.
Ojalá no sea el último.