En 1950 el Schlossparktheater comenzó a formar parte del Schillertheater y fue elevado a Teatro Estatal, para que sirviera de escenario pequeño de dicho teatro.
Tras el cierre de la empresa pública de los Teatros Estatales de Berlín en 1993, el Schlossparktheater continuó funcionando como teatro privado con subvenciones públicas. De la masa concursal resultante de la liquidación de la empresa pública tras la reunificación alemana, Heribert Sasse asumió la dirección del teatro como sala privada, pero Sasse, que ya había sido responsable de la casa como director general de los Teatros Estatales de Berlín durante los años de 1980, no consiguió alcanzar una rentabilidad de la sala. Motivo para ello fue, seguramente, que la programación había sido de buena calidad, pero poco atractiva para el público. Después, el gerente Wisniewski negoció con Ezard Haussmann y Wolfgang Rumpf con el fin de asumir la dirección de la casa -en su caso conjuntamente con ellos-. Pero al final no llegaron a ningún acuerdo. Foto: Carl Raddatz en el papel de Meckie Messer en la obra de Brecht «Dreigroschenoper».
En 2003, el senado de Berlín volvió a licitar la dirección del teatro. En un procedimiento de selección, al que acudieron 15 ofertantes, la explotación de la sala fue adjudicada a Andreas Gergen y Gerald Michel con su sociedad TOYS Musicalproduktion para que pudieran comenzar en octubre de 2004. Desde entonces, el Schlossparktheater servía de escenario de musicales. El primer estreno bajo la dirección eclusiva de los actores Gergen y Michel fue un éxito del Broadway titulado Pinkelstadt, que contaba con la intervención de Ilja Richter y Tilmann von Blomberg.
A partir de 2006 contaba con la empresa de entretenimiento Stage Entertainment, que dirige en Berlín los teatros Theater des Westens y Theater am Potsdamer Platz.
Pero tampoco bajo la nueva dirección aumentó el número de espectadores hasta un nivel aceptable. A partir del verano de 2006, el Schlossparkthetaer ya no ofrecía actuaciones. El teatro se utilizó por última vez como escenario para castings por televisión.
Por mucho que el nefasto alcalde gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, presuma de los éxitos y las mayores inversiones en los teatros y las óperas de la ciudad, en su función de Senador de Cultura se mantiene sospechosamente callado cuando se trata de un asunto comparable: También en 2007 se produjo el cierre de otro teatro más.
Desde este año, en el Schlossparktheater ya no se levanta el telón. Este teatro de titularidad del estado federado de Berlín ubicado en el distrito suroccidental de Steglitz, en el que comenzó en 1945 la historia escénica de la posguerra, ya no abre sus puertas al público. Aunque oficialmente seguía siendo arrendatario del teatro el productor de musicales Stage Entertainment, que explota los otros dos teatros mencionados anteriormente, ya no programa para este pequeño teatro. Stage Entertainment estaba intentando deshacerse del teatro antes de llegar el vencimiento del contrato.
Mientras que Jan Pelgrom de Hass de Stage Entertainment calificaba el compromiso con el Schlossparkthetar como un «experimento interesante que no ha sido logrado en todos los ámbitos», otros consideran que la desaparición del Schlossparktheater de la programación teatral de Berlín constituye un escándalo de política cultural. Uwe Lehmann-Brauns, el experto de cultura del grupo parlamentario cristiano-demócrata (CDU), y Michael Arndt (del SPD) han criticado reiteradamente el cierre y el futuro incierto del teatro. Según Lehmann-Brauns sería necesario que la administración de cultura se ocupe del tema.
En efecto, el estado federado es corresponsable del empobrecimiento de la escena teatral en el sur de la ciudad. A pesar de la ubicación algo descolgada del distrito de Steglitz, el Schlossparktheater había sido incluido junto con el Schiller-Theater en la lista de teatros subvencionados del Senado. Tras los fracasos escénicos, en 2004 el estado federado arrendó el inmueble por unos 14.000 euros mensuales a Stage Entertainment. Dicha sociedad apostó por el experimento para ensayar con nuevas tendencias presentando obras tan dudosas como el musical «Pinkelstadt«[Ciudad del Pis], «Die drei von der Tankstelle» [Los Tres de la Gasolinera] y «Non(n)sense«, pero tras el éxito inicial no resultaron rentables. Alguna vez actuó el actor cómico Ilja Richter (un icono del cine de «alemanadas» de los sesenta), otras veces de arrendó el local a una empresa de castings. No se desarrolló ninguna idea que cuajara, y al final alguien apagó las luces.
Dieter Hallervorden asume la dirección del Schlossparktheater
El actor y cabaretista berlinés Dieter Hallervorden es a partir de ahora el nuevo empresario del Schlosspark-Theater en Steglitz. Con efectos a partir de 1 de diciembre de 2008 se otorgaron a este empresario de 73 años de edad los derechos de usufructo de este escenario con larga tradición con una duración de 10 años, según anuncío el miércoles el alcalde gobernador Klaus Wowereit (SPD). La actual arrendataria Toys Musical GmbH de Andreas Gergen ha sido liberada de su compromiso. Durante cinco años se exime a Hallervorden del pago del alquiler.
La sociedad titular de la explotación será la compañía cinematográfica de Hallervorden, la Halliwood Filmgesellschaft mbH, mientras que él mismo asumirá la función de director general del teatro. Según declaró el artista, el teatro inaugurará su nueva andadura el 2 de septiembre de 2009 con la obra francesa de éxito «Les Chaussettes Opus 124» con la puesta en escena de Katharina Thalbach. Según Hallervorden, él ha adquirido los derechos para el estreno en Alemania. Hasta el otoño del año próximo saneará la casa por 1.200.000 euros y modernizará la sinstalaciones técnicas. La preventa por Internet de las entradas comenzará ya en febrero.
Wowereit enfatizó que el nuevo escenario de Hallervorden no recibirá ningún tipo de subvenciones públicas para su explotación. No bstante, Hallervorden seguramente contará con el apoyo financiero por parte de la Fundación Alemana de Loterías. Desde 1960, Hallervorden es propietario y director del cabaret político berlinés «Die WÁ¼hlmÁ¤use» (Los Topillos), que desde entonces ha sido siempre un escenario de éxito.
Alternancia de actores
Hallervorden apuntó que en Steglitz no se establecerá ninguna compañía estable. En cambio quiere jujntar actores muy buenos, como por ejemplo Johanna Schall, Dieter Wedel y Klaus Maria Brandauer para la temporada inaugural. Poco antes del primer estreno también prevé la actuación de antiguos actores de este escenario con obras históricas.