Llevo ocho días sin decir ni pío en este blog. ¿Debo explicaciones? Aquí están…
1. Tenía que terminar y entregar el libro sobre Soseki. Eso era, así se hundiese el mundo (y ELMUNDO.es) lo único que me importaba. Ya está hecho. Ha sido una paliza. Desde el 28 de diciembre hasta el 22 de julio -siete meses- he trabajado en ese libro a razón de diez horas al día, sin perder ni uno, fuera de las dos semanas que dediqué a viajar por Tailandia y Laos en compañía de los míos.
2. Estoy exhausto. Tengo, por primera vez en mi vida, la impresión de que necesito unas vacaciones, y no puedo tomármelas. Explicar por qué no viene al caso. ¿Vacaciones? Las últimas que tuve fueron hace cosa de medio siglo. Los sindicalistas piden jornada semanal de treinta y cinco horas. Yo trabajo más de ochenta durante todas y cada una de las semanas que tiene el año. ¿Es una queja? No, no lo es. Sólo yo tengo la culpa. Pero, culpable o no, lo cierto es que estoy -insisto- exhausto y con viva, vivísima, sensación de muerte inminente.
3. ¿Por qué me ha dado tanta guerra -más que ningún otro libro- Soseki, inmortal y tigre? Por la tentativa de encontrar un lenguaje asequible a los niños y que, al mismo tiempo, no parezca pueril a los adultos. No estoy seguro de haberlo conseguido. Sí lo estoy de que me he dejado todos los pelos de la literatura en la gatera (nunca mejor dicho). Creía que este libro, amable, tierno, sentido, emotivo, iba a ser coser y cantar. ¡Caramba! ¡Pues si no llega a serlo! ¿Habrá merecido la pena? Ars lunga, vita brevis. Machado apostillaba que el arte es un juguete y que, además, no importa.
4. Estoy en crisis con el blog. No me gusta escribirlo. Es literatura oral, porque no llega al papel impreso. Me gusta, en cambio, porque sí llega, escribir El lobo feroz todos los martes en El Mundo palpable, visible, no digital. El que no es etéreo. El que se vende en los quioscos. Tengo, sin embargo, la irritante impresión de que esa columna, como todas las de la prensa de rotativa (aunque ya no la haya), cuenta con menos lectores que ésta. Mal asunto. No sé si cerrar el
blog. Dejo esa decisión para septiembre.
Esta semana y la que viene cargaré la suerte para recuperar las dos entregas no entregadas. Soy hombre cumplidor. Después… E chi lo sa?