Dice nuestro escritor, Fran Nuño, en su último libro, Casas (Nuño Editorial), que “las casas siempre están ahí, esperando el encuentro”. Y es lo que nos muestra el autor en esta singular obra: una serie de encuentros con determinadas casas, que por sus distintas características mueven a la alegría, a la tristeza, a la añoranza, al asombro…a toda una serie de sensaciones que se van desgranando a lo largo de las páginas del ejemplar con aseveración; aunque nos deje el literato las puertas de todas estas casas abiertas, por si quisiéramos los lectores adentrarnos en el interior de sus sombras y sacar a la luz, sin pudor alguno, aquellas otras residencias que atesoramos en nuestra memoria.
Fran Nuño nació en 1973 y vive en Sevilla. Es escritor, dinamizador cultural y librero-editor. Es autor de más de una veintena de libros de literatura infantil-juvenil, publicados en distintas editoriales y entre los que cabría destacar: Cuentos con traje de domingo, Memorias de un marcapáginas, Caja de botones, Pies, zapatos y…zapatillas, Nuevos colores, Magos muy majos, Teatro en la cocina, La hora de los relojes, Detectives y misterios nada serios, El Gran Mago del Mundo, Poebromario, La Feria de Abril, Luces de Feria, La máquina de las estaciones, etc. Asimismo, es autor de dos manuales sobre animación a la lectura y dos poemarios para adultos, Deambulaciones y Fotografías contigo al fondo.
En cuanto a sus galardones y méritos podríamos resaltar: que ha recibido un premio en EE.UU y varias menciones en importantes certámenes nacionales, tanto por su obra literaria como por su labor a favor de la lectura; ha participado en distintas antologías poéticas y dirige varias colecciones editoriales; sus piezas de teatro infantil se representan habitualmente en colegios y teatros y han sido recogidas algunas de ellas en el volumen ¡Cuánto teatro!; ha sido traducido al gallego, catalán, inglés y alemán, y algunos de sus títulos se comercializan en Latinoamérica, EE.UU, Canadá y Japón.
Ahora, Fran Nuño pone a pasear –por calles, avenidas, plazas, parques y jardines- esta creación, a la que ha puesto por nombre Casas, y que supone el primer número de su Biblioteca Ocasional, como él la denomina, ya que en ella irán apareciendo textos que, “por su naturaleza, línea, estilo…, o simplemente por criterio personal, considero más singulares o alternativas en relación a mi bibliografía general”. Casas que no dejan indiferente a quienes se acercan a su lectura, puesto que en ellas se descubren las claves que conforman la existencia del ser humano. Cuando escribe sobre las “encantadas”: …Estas casas disfrutan con la lluvia, / los truenos, la noche, los murciélagos, / los candelabros…y el viento entrando / por sus ventanas rotas, pues así se / sienten, más que encantadas, / encantadoras.
O cuando lo hace acerca de las “diminutas”: …Suelen estar ubicadas en / dormitorios o en tiendas de juguetes y / abren sus paredes como si fueran / telones de teatro. / ¿Quién no se ha detenido alguna / vez, junto a un escaparate, para / contemplar y disfrutar de los interiores / de una casa de muñecas? Mismo si son las “arboladas”: …Hay quien asegura que alguna vez, / alojado en uno de estos peculiares / habitáculos, ha conseguido oír, a / ciertas horas de la noche, los latidos de / un corazón oculto en el tronco de un / frondoso árbol. Y de las “deshabitadas” nos refiere: Se sienten solas, tristes, olvidadas. / Recuerdan constantemente aquellos / tiempos en los que los pasos daban / sentido a sus pasillos y había luz en las / habitaciones… Las casas deshabitadas añoran a / cada instante el tibio tintineo de sus / ausentes y ya viejas llaves.
Sí. Sin duda alguna y como bien nos recuerda Fran Nuño: “Las casas siempre están ahí, esperando el encuentro”.