Eugenio Mira era un director que prometía (nótese el pretérito imperfecto) y al que apetecía (repito con el mismo tiempo verbal) volver a ver tras la interesantísima «The Birthday», de hace unos 6 años, pero ahora, tras ver «Agnosia» ya no me quedan ganas de repetir.
«Agnosia» es un juguete caro, muy caro, al que se le nota una producción de gran calidad, precisa, elegante, con unos exteriores preciosos, al que la dirección y el guión no hacen justicia.
La película es estilísticamente pretenciosa, con algunos giros visuales que cuesta seguir y con personajes que no profundizan allá donde podían, parte culpa de ellos y parte culpa de una mala dirección de actores.
Pero tampoco se podía hacer mucho con el guión de Antonio Trashorras, que en su afán de hacer mil películas no ha hecho ninguna. A este chico hay que decirle que no se pueden hacer todas las películas que tenga en su mente en una sola, porque ello provoca que la trama principal se pierda en el vericueto de subtramas inacabadas y sin ningún calado.
Cuesta entrar en la historia, porque no está muy bien explicada y en demasiadas ocasiones hay que aceptar el dogma de fe como razón de ser. La coherencia se pierde en demasiados momentos y Mira no consigue hilvanar las escenas de una manera acertada.
Lo mejor de la película es la banda sonora, que firma el propio Mira, y la variedad de géneros cinematográficos que sigue, pocas veces con acierto, pero que sí consigue mantener entretenido al espectador. También destaca la fotografía, con un gran trato de las sombras.
En definitiva, una película de impecable producción, decepcionante dirección, pretenciosa escritura, interesante música y acertada fotografía. Un producto para pasar un rato, sin más, un juguete caro roto en manos de Eugenio Mira.
Publicado en el blog de Letras (tu revista literaria)