Por fin después de cambios de director, innumerables retrasos en la fecha de estreno, se estreno el pasado viernes «El hombre Lobo», con Benicio del Toro, como protagonista.
En los años 30 y 40, Universal Pictures estrenó una serie de películas de terror que crearon un nuevo tipo de entretenimiento cinematográfico: las películas de monstruos. Al transformarse en personajes como Drácula, Frankenstein, la momia y el hombre invisible, legendarios actores de la talla de Bela Lugosi, Boris Karloff y Claude Rains llevaron al celuloide pesadillas que antes sólo estaban al alcance de la imaginación de los lectores.
Posiblemente la criatura más fascinante fuera la que encarnó Lon Chaney Jr en 1941. Un hombre solitario, obligado a entregarse a la fuerza más básica de su ser, provocó escalofríos a los espectadores mientras le veían transformarse en algo que en nada se parecía a un ser humano. Con la luna llena, daba rienda suelta a una rabia surgida del lado más oscuro de su psique. Parte hombre y parte demonio, maldito para la eternidad.
Inspirada en la clásica película de Universal que encabezó un legado de terror, EL HOMBRE LOBO es la historia de los legendarios orígenes de una maldición y del hombre que la padece. Donde Benicio Del Toro toma el relevo en esta nueva versión dirigida por Joe Johnston (Jurasic Park III).
En «El Hombre Lobo», del Toro, encarna a Lawrence Talbot, un actor de teatro, cuya infancia fue marcada por la noche que murió su madre. Se marcho de su pueblecito Blackmoor y tardó décadas en recuperarse e intentar olvidar. Cuando Gwen Conliffe (Emily Blunt), la prometida de su hermano, le encuentra y le ruega que la ayude a buscar a su amor, Lawrence Talbot regresa a casa. Entonces se entera de que algo brutal, salvaje, con una sed insaciable de sangre ha matado a muchos campesinos, incluido su hermano, por lo que un suspicaz inspector de Scotland Yard (Hugo Weaving) ha venido a investigar.
Empieza a encajar las piezas del sangriento rompecabezas y descubre que existe una antigua maldición que convierte a las víctimas en hombres lobo las noches de luna llena. Para acabar con la carnicería y proteger a la mujer de la que se ha enamorado, Lawrence Talbot debe destruir a la temible criatura que se esconde en los bosques cercanos a Blackmoor. Este hombre sencillo con un pasado doloroso sale en busca de la bestia y descubre que él también tiene un lado primitivo que ni siquiera podía imaginar.
Crítica: Realmente tenía muchas ganas de que llegara esta nueva versión del clásico de 1941, que mantiene elementos de la original, las balas de plata, la marca de la bestia, los gitanos, la influencia que la luna llena ejerce sobre el personaje y la apariencia de la bestia más cercana a la del film original, que a las últimas versiones de hombres lobo como «Underworld» o «Luna Nueva». Aunque a diferencia de la versión de 1941, el padre de Lawrence, interpretado por Claude Rains, tenía un papel muy reducido; en esta versión la relación entre padre e hijo ocupa una parte importante de la historia e incluyeron a Gwen Conliffe, de la que se enamora el protagonista, y a Maleva, jefa de los gitanos. Sin duda la gran baza de la película es contar con dos grandísimos actores «un tanto fondones» como Benicio del Toro y Anthony Hopkins. Los cuales siempre es una delicia verlos en pantalla. Aunque debo admitir, que no pude evitar ver en el personaje de Hugo Weaving, al siniestro agente Smith de «Matrix», y del personaje que interpreta Emily Blunt, poco se puede decir ya que apenas se desarrolla su personaje, aunque su interpretación es correcta.
La historia es entretenida con escenas de mucha acción y en las que pasas realmente miedo, no faltan escenas de desmembramientos y casquería, mostrándonos a una bestia sangrienta y sin compasión. Si bien el guión es un tanto flojo y previsible sin dejar nada a la imaginación, revelando las cartas desde el principio. También debería de preguntarle al director, el que pinta Gollum del señor de los anillos en su película y por el aullido tan flojito que tiene su hombre lobo.
La transformación de Benicio del Toro a hombre lobo, está firmada por Rick Baker, responsable de la mejor transformación de todos los tiempos ha licántropo en «Un hombre lobo americano en Londres», que le valió el oscar a los mejores efectos especiales, y que mostraba por primera vez una transformación de cuerpo completo. Si bien hay que decir que no son exactamente iguales aunque sí muy parecidas.
La banda sonora del film corre a cargo del gran Danny Helfman, cuya partitura tiene una clara influencia de la compuesta por Wojciech Kilar, para el «Drácula» de Coppola, no dejándose ver su sello como en otras composiciones tales como «Eduardo manostijeras» o «Batman», espero que no sea así en la próxima «Alicia en el país de las maravillas».
En definitiva una película entretenida e imprescindible para los amantes del cine de terror.
Fuente: Cinemascomics