En «District 9», Niell Blomkamp, nos cuenta la historia de como hace treinta años, los aliens hicieron su primer contacto con la Tierra. Los seres humanos esperando para un ataque hostil, o unos gigantes avances en tecnología. Se encontraron. En cambio, que los aliens eran refugiados, los últimos supervivientes de su mundo. Las naciones al no saber que hacer crean un improvisado campo de refugiados en un barrio pobre de Johanesburgo, Suráfrica «Distrito 9», en el que malviven en condiciones inhumanas.
La convivencia entre humanos y aliens empieza a ser insostenible. Para controlar a la población de alienígena ha sido contratada la multinacional Unida (MNU), una sociedad anónima de responsabilidad limitada indiferente al bienestar de los aliens – ellos recibirán ganancias enormes si consiguen hacer que funcionen el imponente armamento de los aliens. Hasta ahora, han fracasado; ya que la activación del armamento requiere ADN alienígena.
La tensión entre aliens y seres humanos crece cuando un (MNU) del campo, Wikus van der Merwe (Sharlto Copley), contrae un misterioso virus que comienza ha alterar su ADN. Wikus rápidamente se convierte en el hombre más buscado en el mundo, así como el más valioso – es la clave para desbloquear los secretos de la tecnología extranjera. Condenado al Ostracismo y sin amigos, sólo hay un lugar donde puede ocultarse, el Distrito 9.
No es la primera vez que el mundo del cine toca el tema de la convivencia ente alienígenas y humanos, como por ejemplo Alien nation (1988), film del que se está preparando un remake, como no, en el que los alienígenas conviven de manera normal con los humanos, las divertidas MIB, en el que conviven entre nosotros y una organización secreta se encarga de ocultarlo, o la serie de televisión «V», en la que los alienígenas, parecen ser amigables, y buscan la ayuda de los seres humanos para obtener ciertos productos químicos que necesitan en su propio planeta. A cambio, prometen compartir su avanzada tecnología con los seres humanos. Los gobiernos del mundo aceptan, pero en realidad los «lagartos», tienen otros planes.
El film, bien puede ser una crítica social de lo que sucede en otros campos de refugiados del mundo, y lo difícil que es la convivencia de varias culturas, llegando al extremo de poner vayas de alambre y guardias para evitar que se mezclen entre la población pasando de ser refugiados a ser prisioneros, sin libertad para escoger su propio camino. La película está rodada a modo de falso documental, combinando escenas de acción con entrevistas a los habitantes de Johanesburgo, compañeros de trabajo y familia del protagonista, y en esto algo de experiencia tiene su productor Peter Jackson con su «Forgotten Silver». Al igual que en películas como REC ó Monstruoso, los protagonistas interactúan con el cámara convirtiéndolo en un protagonista más de la historia. El film pese a su duración no se hace larga en ningún momento, y las escenas de acción y los efectos especiales están magníficamente realizados, y no «cantan» como en otras superproducciones que hemos ido viendo este verano. En definitiva ya era hora de que llegara a nuestras pantallas una película digna de verse y esperando la secuela District 10.
Fuente: Cine más cómics
