Si antes hablaba de las curiosidades de los departamentos de RRHH, me gustaría también hablar del otro lado y sus peculiaridades.
LOS CANDIDATOS:
EL CANDIDATO COMODÁN: Hay candidatos que se inscriben a las ofertas de trabajo cumpliendo el perfil. La sorpresa viene cuando se les llama para citarle a las entrevistas y nunca les va bien, todo son pegas. Hay gente que, si la empresa está en un polígono industrial comienzan por decir “no tengo coche”; el representante de la empresa que les llama les dice ¿no tenéis otra forma de venir? Dándole la posibilidad de volverle a llamar para cuando se hayan podido organizar. El que algo quiere, algo le cuesta. Siempre hay formas de poder acudir, pedirle el favor a algún familiar o amigo de que os lleve, ver si hay alternativas de transporte público, cogerse un taxi… Algunos pretenden tener las entrevistas al lado de su casa.
EL CANDIDATO “HOY NO ME VA BIEN, MAÑANA TAMPOCO”: Hay quienes tienen una agenda de lo más apretada y no tienen tiempo para la entrevista: todo un calvario para fijar un día y una hora. Se supone que las empresas también dan suficiente flexibilidad y avisan con tiempo suficiente. Si que es cierto que existen, las menos, que te convocan esa tarde para la mañana siguiente. Aunque no siempre la flexibilidad es suficiente para el candidato. Yo lo tengo comprobado. Cuanto más flexible se es, peor. Imaginemos que la persona que llama a los candidatos para citarles les dice “de lunes a viernes en este intervalo horario ¿qué día le va bien?”. Siempre está el candidato que dice “¿no podría ser el sábado?”. Motivos habrá, está claro, sobretodo, si el candidato está en activo y el horario le coincide con su horario de trabajo. Es por eso, que siempre es recomendable intentar dar flexibilidad en cuanto a horarios, pues no todo el mundo puede salir fuera de horas de su trabajo. Pero si la oferta es atractiva, a veces, es preferible sacrificarse y sacar tiempo de donde sea, incluso, si fuera necesario, pidiendo un día de vacaciones/asuntos propios.
Yo entiendo que muchos candidatos pidan un poco de flexibilidad y predisposición de los entrevistadores a la hora de determinar día y hora para las entrevistas, con el fin de encontrar el consenso; sin embargo, uno no puede aceptar todas las excepciones porque entonces nunca acabaría el proceso de selección.
EL CANDIDATO AUSENTE: ¿Cuántas veces un entrevistador es flexible quedándose fuera de su horario para realizar las entrevistas a candidatos que no pueden en otro momento y estos ni aparecen a la hora acordada, ni por supuesto llaman? Simplemente, por educación y respeto a los demás, si algún candidato no puede asistir a la cita, sea cual sea la razón, tiene que llamar. Que en alguna empresa os hayan hecho esto a vosotros no quiere decir que vosotros os tengáis que comportar igualmente ni que todas las empresas sean iguales. No hay que confundir las cosas, por favor. Si, además, se toma la iniciativa de contactar a estos candidatos para ver por qué no han acudido, las respuestas son de lo más inaceptables: “Por que no he podido” y se quedan tan panchos. Cuando son varias las ocasiones en las que ocurre esto, muchos profesionales de selección se cierran en banda, pasando a ser inflexibles.
EL CANDIDATO “COMO PEDRO POR SU CASA”: La imagen es fundamental a la hora de presentarse en una empresa. Ya han pasado los tiempos en los que era necesario acudir con corbata y traje. Según qué perfiles, sigue siendo importante. Pero puedo decir, en mi experiencia como seleccionador, que he visto candidatos vestidos en chándal, con pantalón corto, camiseta y chancletas, con combinaciones de colores un tanto… arriesgadas. También está la versión “Fiebre de Sábado Noche”, como si fuesen de copas con sus amigos, con una imagen excesivamente informal. A las entrevistas de trabajo se debe ir vestido de forma adecuada, sin llamar la atención. Todo influye aunque os penséis que no y hay que seguir un protocolo, que se está flexibilizando bastante, pero con unos mínimos que muchas veces se sobrepasan.
EL CANDIDATO “RUMIANTE” : Aunque parezca mentira, muchos acuden a la entrevista mascando chicle durante toda la entrevista y hasta de vez en cuando hacen pompas pareciéndoles de lo más normal.
EL CANDIDATO “MOVISTAR” : ¿En cuántas entrevistas se lleva el teléfono móvil encendido, sonando en medio de una entrevista y respondiendo sin dudarlo? Vamos viva la educación y el sentido común. Quien llame, puede perfectamente esperar. Este tipo de cosas dicen mucho de vosotros porque si se comporta así en el proceso de selección, ¿de qué serán capaces una vez incorporados? No obstante, no creo que le den la oportunidad, al menos en esa empresa.
EL CANDIDATO “EN EL CASCARÁN”. Suelen ser candidatos jóvenes, que acuden a las entrevistas de trabajo acompañados de sus padres y madres, que van hasta la puerta de la empresa e incluso, pretenden entrar también en la entrevista. ¡Cómo va a ir sólo su hijo! Quizás sea la inexperiencia. Si se va a un proceso de selección acompañado, es recomendable que se esperen fuera. Causa mejor impresión.
EL CANDIDATO “¿TE ACUERDAS DE MÁ?”. Hay quienes quieren formar parte de una empresa concreta y se piensan que cuantas más veces envíen su candidatura más posibilidades tienen. La verdad es que no es así. Leído este comportamiento desde la empresa, no da buena imagen que cada mes o dos meses enviéis el CV a la misma empresa porque esto demuestra que no lleváis un control de dónde se manda la candidatura y que enviáis a todo lo que se “menea”. La desesperación no es buena compañera.
EL CANDIDATO “QUE NO SE LEE LA OFERTA”: ¿Para qué? Igual leyendo la oferta se enteran de lo que piden y se dan cuenta de que no cumplen los requisitos. Modo irónico en off. Recuerdo una vez en una de mis experiencias profesionales que insertamos una oferta de trabajo de auxiliar administrativo en los que uno de los requisitos imprescindibles era que los candidatos tuviesen un grado de discapacidad de al menos el 33% poniéndolo de forma destacada para que se viese. Bueno pues de los cientos de CV que recibimos sólo uno cumplía el requisito. Desgraciadamente, no cumplía los otros requisitos y tuvimos que optar por buscar a los candidatos acordes por otras vías. Si optabas por contactar con ellos y preguntarles que grado de discapacidad tenían y se mosqueaban diciendo que ellos no tenían ninguna discapacidad. Les decías que era requisito imprescindible y aun te porfiaban algunos que no lo ponía. Esto demuestra que muchos candidatos siguen sin leerse las ofertas de trabajo, haciendo perder el tiempo y restándose puntos para sus futuras candidaturas.
EL CANDIDATO “PINOCHO” – Las mentiras, piadosas o reales, están siempre en toda entrevista. Pero aun cuando se opta a una entrevista, algunos optan por mentir a la hora de inscribirse, contestando a las preguntas que se hacen en la inscripción de forma errónea, sin percatarse de que en su CV pone todo lo contrario. Para estos “listillos” un comentario: estas candidaturas quedan inmediatamente desestimadas. Porque si se pide un Ingeniero técnico, se quiere un ingeniero técnico, no un psicólogo por decir algo. Y es algo más usual de lo que parece.
EL CANDIDATO “MERCENARIO”: Hay quien juega a varias bandas, negociando con varias empresas a la vez. Está claro que cada cual tiene que mirar por sus intereses, siempre y cuando no se maree a la otra parte. Cuando aceptáis una oferta tenéis que sopesar todo antes de tomar una decisión, poseyendo toda la información precisa y no decir un día antes de comenzar que ya no os interesa y luego a los días ver si es posible acceder a esa plaza. La falta de seriedad por parte de los candidatos es muy grande, desgraciadamente.
Como siempre, se pueden sacar más perfiles, pero no es cuestión de cansar. Creo que es momento de sacar las conclusiones de que los candidatos también se tienen que comportar de forma profesional, demostrando que saben lo que quieren y que saben estar a la altura de las circunstancias. No hay justificación alguno alegando que la otra parte, en ocasiones, os trató así, a pesar de que podáis tener razón.
Siempre lo digo. Trata al resto como te gustaría que te tratasen a ti. Y va para ambas partes.