Delito de silencio, de Federico Mayor Zaragoza (Editorial Comadreja)
“La voz no pudo ser remedio…
y, por miedo, no fue nada”.
“El tiempo de silencio ha concluido.
De ahora en adelante, delito de silencio”.
“Clamor popular para que un día no vuelvan hacia atrás su mirada nuestros descendientes y piensen: Podían y no se atrevieron. Esperábamos su voz, y no llegó”.
Ha llegado el momento de actuar, de proclamar con firmeza que la Humanidad no va a seguir padeciendo los despropósitos de este mundo fundamentado en la opresión y la crisis recurrente.
Ya sea secretamente reunidos en Bilderberg o a cara descubierta en Davos, los patriarcas financieros imponen su dictadura económica y dictan a Parlamentos cómo suprimir los Derechos Humanos y Sociales de los ciudadanos.
Los mismos que bendicen a dictadores y paraísos fiscales en aras de su estabilidad, y que temen a los ciudadanos responsables y soberanos de su destino.
Mediante esta publicación, Federico Mayor Zaragoza, amigo y ejemplo de auténtico humanista, nos exhorta a implicarnos, reconstituirnos democráticamente y convertirnos de súbditos a ciudadanos plenos; de silenciosos a participativos; de espectadores a actores. Lo que hoy ocurre en los países árabes nos demuestra que el futuro no está escrito y que la libre circulación de información jugará un papel determinante.
La mordaza ya no sirve contra las nuevas tecnologías de comunicación. Cuando incluso los silenciados consiguen cambiar su porvenir con la fuerza de las palabras, la postura del silencioso se vuelve cómplice del pasado, asfixiante, indigna.
Un nuevo mundo, a la altura de la dignidad humana podría, por fin, constituirse en los albores de este siglo.