Superyo: ¿Qué tal? ¡Feliz año!
Yo: Igualmente.
Superyo: Te veo cambiado, no sé, algo raro en ti. ¡Ah, ya veo! El corte de pelo, ¡vaya cambio de look!
Yo: Ya ves, ¿te gusta?
Superyo: No sé, te veo diferente. ¿Cómo te ha dado por ahí?
Yo: No sé, supongo que la crisis de los 30.
Superyo: ¿Todavía te dura?
Yo: Parece ser, no es tan fácil eliminarla.
Superyo: No te preocupes, yo te animo, y si no lo consigues llamamos a Israel y ya está. Son especialistas en la eliminación, no importa el qué, no importa quién, no importa la razón.
Yo: ¿Hablas de la guerra?
Superyo: Bueno, guerra es una manera muy eufemística de llamar al genocidio que estamos viviendo en Palestina.
Yo: Está bien, te acepto el término genocidio, e incluso estoy de acuerdo con él. ¿Dónde están ahora Estados Unidos? ¿Por qué no entra en guerra como en Irak?
Superyo: Ya sabes cual es el lobby más importante allí. Pero no hables solo de Estados Unidos, ¿qué me dices de la Unión Europea? ¿Qué están haciendo?
Yo: Nada.
Superyo: Nada es una manera de verlo, yo diría que están haciendo mucho, porque al no hacer nada están aceptando de manera implícita que Israel tiene razón, que sólo es una guerra en contra del terrorismo.
Yo: ¡Cuántas barbaries se han cometido en el nombre de la lucha contra el terrorismo!
Superyo: Amén a éso. Bush nos enseñó el camino.
Yo: Sí, pero él solo fue el iniciador, luego todos le seguimos como corderitos. Menos mal que se marcha.
Superyo: ¡Ya era hora! Pero, ¿tú crees que algo cambiará con Obama?
Yo: Espero que sí.
Superyo: Pues yo no soy tan optimista, porque no te engañes Estados Unidos seguirá siendo Estados Unidos, y querrá seguir dominando el mundo.
Yo: Sí, pero ahora lo hará de otra forma, con otras maneras, con más diplomacia y menos fuerza.
Superyo: No estoy tan convencido. Es evidente que Obama tiene grandes ideas y que intentará cambiar todo, pero mucho me temo que se dará de frente con un muro, el de la burocracia de Washington, y comprenderá que hasta el hombre más poderoso del mundo está limitado en su poder.