El amor es un deseo inherente al corazón de todo ser humano, sin embargo, también es verdad que con la llegada de la madurez, el sentimiento pierde su intensidad y gana la racionalidad. Atrás queda la locura adolescente tan anhelada en algunos momentos. Con la madurez, las mariposas en el estómago se siguen sintiendo, los nervios continúan presentes, pero de otra manera y en diferente grado.
Algo que es muy positivio ya que sería un auténtico caos vivir a merced del impulso de un sentimiento que a veces es irracional. Y es que, muchos enamoramientos adolescentes son “ciegos” al no estar basados en el conocimiento mutuo sino en la idealización que cada uno hace del otro.
La realidad es que existen muchos tipos de vida diferentes, es decir, algunas personas prefieren vivir en pareja mientras que otras apuestan por la soledad ya sea por una decisión voluntaria o por cuestiones del azar. El hecho es que es mejor, que cada persona aprenda a exprimir la vida al máximo en base a sus posibilidades en lugar de frustrarse por aquello que no tiene.
La soltería tiene varios puntos positivos, por ejemplo, te permite organizarte tu tiempo en función de tus preferencias. Tienes mayor libertad no sólo el fin de semana, sino que también puedes hacer planes divertidos o culturales durante la semana.
De hecho, puedes apuntarte a diferentes cursos para conocer gente nueva a la vez que aprendes nuevos conocimientos. También puedes realizar una actividad de voluntariado, por ejemplo, puedes dar clases a niños que necesitan un apoyo extraescolar, acompañar a enfermos que pasan sus horas en la habitación de un hospital o visitar a ancianos que viven solos en sus casas y necesitan cariño.
En tu propia ciudad, puedes buscar información sobre qué fundaciones o asociaciones existen que requieren de mano de obra voluntaria para sembrar un poco de esperanza en un mundo un tanto deshumanizado.
La soledad además es un término muy relativo y es que, cuando una persona es feliz y se siente realizada no experimenta ningún vacío interior. El vacío es más doloroso en una relación de pareja no satisfactoria o ante la incompresión.
Además, la soledad también te permite dar prioridad a tu labor profesional. Una elección que responde simplemente, a una elección interior que no tiene mayor trascendencia que la de tu propio criterio. Pero para disfrutar al máximo de tu soledad también debes de romper con cualquier tipo de temor interior.
No debes sentirte extraño por no tener pareja. Tal vez, algún día llegue a tu vida la persona ideal, pero mientras tanto, disfruta tu presente y no te obsesiones con el mañana. Y tú… ¿Prefieres disfrutar de la compañía de la pareja o del placer de la libertad?