Esta deliciosa novelita, publicada con el título El abencerraje y la hermosa Jarifa en 1561 en Toledo. es una joya de la narrativa del Renacimiento español. Aunque permanece anónima, su autor debió de ser un cristiano culto, imbuido del humanismo propio de aquel tiempo como lo indican las abundantes referencias a tópicos de la literatura clásica greco-latina y algunos detalles de rebuscamiento estilístico, que no son propios del tradición popular. Desde un punto de vista histórico, su argumento hay que situarlo en el largo proceso del la reconquista que culmina con con la toma de Granada (1492), concretamente en el reinado de Juan II, en las primeras décadas del siglo XV, antes que se retomase la reconquista por parte de los Reyes Católicos. Desde el punto de vista literario, se trata de una novela morisca; prácticamente es la primera en este género y crea un modelo que luego van a seguir otras obras. Se engloba un mundo narrativo anterior al realismo cervantino (sin olvidarnos de El Lazarillo, que es quien primero atisba este mundo nuevo), una narrativa idealista en su planteamientos y en sus supuestos morales y exquisitamente elaborada en las formas.
El argumento, algunos de cuyos personajes y acciones se repiten, de forma fragmentaria, en el romancero anónimo, y que llega a Lope de Vega, que lo recrea en El remedio en la desdicha, parece pensado para elaborar un guión cinematográfico: Rodrigo de Narváez, caballero que acompaña al infante don Fernando en la toma de Antequera, alcaide de esta ciudad y de Álora, se encuentra en un camino con Abindarráez, moro perteneciente la estirpe de los Abencerrajes de Granada. Lo vence y hace prisionero. Abindarráez cuenta al noble cristiano la historia de los Abencerrajes de Granada; luego le cuenta su propia historia amorosa con la hija del alcaide moro de Cártama, la hermosa Jarifa. Entre ambos hay un estrecha y ambigua relación: todos los consideran como hermanos, pero entre ellos va incubándose un deseo que va más allá del vínculo familiar. El rey de Granada manda al alcaide de Cártama a Coín, por lo que la pareja de enamorados debe separarse. Jarifa le promete a Abindarráez que le esperará para desposarse y entregarle “lo que yo solamente llevo conmigo”. Manda aviso a su amado, aprovechando que su padre está ausente por un viaje a Granada, y el moro se pone en camino, con tan mala fortuna, que es apresado por Rodrigo de Narváez. El noble cristiano, impresionado por la sinceridad y nobleza de su prisionero, le deja tres días de libertad para que pueda reunirse con Jarifa, con el compromiso, bajo palabra de honor, de volver a su castillo de Álora. Así lo hace Abindarréz, pero no vuelve solo, sino acompañado por Jarifa. Návaez, maravillado de tanta nobleza (omito algunos detalles que el lector debe paladear directamente), perdona a prisionero y quedan, al final, todos tan felices.
Esta historia se inscribe dentro de lo que el crítico francés George Cirlot ha llamado la “maurofilia”: actitud que se refleja en obras narrativas en prosa, en el teatro y en el romancero y que supone una visión positiva del “otro” (el moro, en este caso) desde la perspectiva cristiana. En el fondo hay una actitud de generosidad y de universalismo: todos los hombres, a pesar de sus diferencias de cultura, origen y, sobre todo, religión (lo religioso en este tiempo es una categoría que abarca a todas las demás), poseen un trasfondo común de humanidad, que los hace dignos de respeto y merecedores de una mirada amable.
Además El abencerraje es una muestra acabada de esa ideología caballeresca y cortés, noble e idealizada que se refleja en el clásico libro de Johan Huizinga El otoño de la Edad Media. En los protagonistas predominan los valores del honor, la nobleza, el control de sí mismo, frente al egoísmo, el hedonismo fácil o la búsqueda del beneficio personal. Es decir, se trata de un libro idealista que muestra un mundo que, seguramente, tendría poco que ver con la realidad social e histórica de la época de la reconquista.
Para comprender esta maravilla de refinamiento literario, puede comparársele con un obra que se publica en fechas cercanas, El Lazarillo (1554).Ese libro genial nos muestra la sociedad de su tiempo en el espejo de sus lacras, egoísmos y contradicciones; no aparta la vista de los aspectos negativos. El abencerraje, por el contrario, nos muestra un mundo de valores caballerescos, un mundo sublime (y en gran parte irreal) dominado por el amor, el honor y la generosidad.