Sociopolítica

El agua es vida, el agua es muerte. Respuesta del clima a la Cumbre de Copenague

Los principales líderes mundiales se reunieron en la capital danesa hace algunas semanas y, haciendo gala de una necedad, de una irresponsabilidad, de una desvergÁ¼enza y de una mezquindad sin límites, firmaron una declaración de promesas vacías y se fueron de vuelta a sus casas.

Los pueblos del mundo observaron de lejos, con un sentimiento mezcla de incertidumbre e impotencia, para constatar nuevamente que, aquellos que tienen la responsabilidad de administrar los recursos del planeta, siguen ignorando la gravedad del problema del Cambio Climático.

Sin embargo, una potente voz se ha levantado, lamentablemente para desgracia de la gente común y ha sido la voz de la naturaleza.

En las últimas semanas se han dado una serie de fuertes fenómenos meteorológicos tanto en Europa como a lo largo del continente americano. Estos fenómenos se han reflejado en los titulares: INUNDACIONES en España, Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Uruguay, Italia, Portugal…

Por todos lados se ha tratado de precipitaciones muy intensas y de volúmenes muy grandes de agua. En Algorta, una zona del oeste de Uruguay el día 3 de febrero pasado, cayeron 240 litros por m2 en diez horas. El día 18 de febrero, en sólo una hora, cayeron 70 litros porm2 en la ciudad de Bs. Aires. Por la misma fecha se han producido grandes inundaciones en la zona de Cádiz, en Andalucía, España y de igual manera ha sucedido al sur de Italia, donde se produjeron deslaves que afectaron a dos poblaciones.

Fuertes borrascas asolaron las Islas Canarias produciendo graves daños en infraestructuras y en la red eléctrica, aunque la violencia mayor de las aguas, la que pareció demostrar más furia, fue la que se dio en la famosa isla portuguesa de Madeira. La naturaleza allí, convirtió en pocos minutos en escombros y basura casas, carreteras, puentes y vehículos, cobrando la vida a más de 40 personas.

Es posible que la sociedad humana, demore en exigir-protagonizar en forma más contundente un cambio en el proceso de deterioro del medio ambiente, entre otras cosas, por la incomodidad que provoca el abandono de costumbres, aunque éstas no le proporcionen beneficios y se hayan adquirido malamente (irracional-estúpidamente).

Pero hay que tener en cuenta que todos los seres vivos reaccionan violentamente cuando se ven acorralados y la naturaleza es o funciona como uno de ellos. Hay que pensar también que en Madeira, la naturaleza nos mostró apenas el peso de su meñique. Las borrascas no son nada nuevo pero, tal vez los investigadores nos puedan aclarar cuantos miles de toneladas más de agua se evaporan de los océanos para cargarlas, por cada décima de grado en que se aumente la temperatura global.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.