Á‰ste artículo podría ser muy largo, e incluso tedio y pesado, según el estado de ánimo de cada uno. Factores como el paro, la crisis económica, la tomadura de pelo de algunos políticos y de algunos dirigentes de entidades públicas apropiándose de fondos indebidos (caso Millet, por ejemplo…) y el poco talante de nuestro presidente por enderezar la situación del país (heredada, dicho sea de paso, para que algunos no se cuelguen medallas que tampoco les pertenece), hacen dudar del camino que tiene que tomar nuestra sociedad en el futuro.
Cada vez se nota más esa diferencia de «estatus» del que gozan ciertos estamentos de nuestra sociedad y el resto de mortales que sobrevivimos en este planeta de manera incierta y dificultosa.
Todas las altas esferas, y me refiero a todas, parecen estar ocupadas por un decreto ley inquebrantable. Los bancos pueden hundir la economía mundial y todavía tienen que salir las arcas del estado para resucitarlas de una muerte segura, los gobiernos pueden incrementar la deuda de un país y elevar la crisis mundial sin castigo ninguno, los altos mandos corporativos pueden estafar sin ser condenados justamente, y mientras, nosotros, los trabajadores (que algunos ya se les termina las prestaciones sociales) tenemos que soportar que cada día salga algún iluminado subiendo el IVA como medida milagrosa «anticrisis».
La verdad, parece un chiste. Desde luego, que si no reaccionamos y nos movilizamos, el camino es muy dudoso….
Joan Francesc Lino