Escenarios, 69
Es conocida la calidad de los textos teatrales de Jordi Galcerán, quien desde hace dos décadas viene cosechando triunfos continuados. El pasado mes de agosto fue galardonado con el Premio Ceres 2014 al Mejor Autor Teatral, por su obra ‘El crédito‘, estrenada en Madrid y en Barcelona, en castellano y en catalán, la pieza que el zaragozano Teatro Principal ha programado para las fiestas patronales de este mes de octubre. Con sucesivos llenos se está representando desde el pasado martes, día 7, y se mantendrá en escena hasta el domingo día 19.
El título resume el tema: un individuo acude a una oficina bancaria para solicitar un crédito. Carece de bienes y de solvencia económica, no tiene una trayectoria personal y laboral que le sirva de garantía, y su aspecto desaliñado tampoco le ayuda en su demanda, de modo que el director de la sucursal le niega el crédito. A partir de ahí se quiebra la situación porque el solicitante advierte al empleado del banco que conseguirá lo que pide por otros métodos. Los concreta anunciando que comenzará por seducir a la mujer del director, cuyo retrato ha visto sobre la mesa del despacho. El desconcierto del empleado es mayúsculo. Jamás se ha encontrado en una situación parecida. Mantiene su negativa, pero empieza a obsesionarse con el tema del crédito y la amenaza recibida. Sucesivamente involucrará en el asunto a su mujer y a su hermano, complicándose las cosas de tal modo que el final no llega a ser del todo sorprendente porque el espectador atento ha podido ir captando diferentes flecos de la trama para ir tejiendo la conclusión del embrollo.
Dos actores extraordinarios, Carlos Hipólito en el papel de director de la sucursal, y Luis Merlo como solicitante del crédito, establecen un pugilato gestual y verbal de alta densidad, combinando los elementos cómicos y los dramáticos, elaborados por el autor, con enorme maestría. Tal intensidad tienen algunas de las escenas, que el público las interrumpe repetidas veces con sus aplausos.
Gerardo Vera, el director de la obra presentada por Trasgo Producciones, ha sabido elegir a unos actores que responden milimétricamente al perfil de los personajes que representan.
El montaje es nítido y elocuente dentro de su simplicidad. Los elementos audiovisuales elaborados por Álvaro Luna contribuyen a la plasticidad del espectáculo.