Llevo un par de días amarrando mis ganas de escribir un artículo de homenaje a Paul Newman aguardando, como estaba, a que cualquiera de mis compañeros, más habituales en estas lides de la cinefilia, lo hiciera con mejor prosa y más amplio conocimiento.
Sin embargo, y ante la inexistencia de dicho artículo ajeno no podía permitir que el fallecimiento de un actor, de un hombre, porque el mito seguirá vivo para toda la eternidad, como Paul Newman pasara inadvertido para un diario como éste, comprometido con los principios individuales y las convicciones personales.
Resumir la carrera de Paul Newman en unas pocas frases es una empresa absolutamente imposible, por lo que me limitaré a decir que este fin de semana ha desaparecido una figura esencial en el mundo del cine, el segundo mejor actor de la historia (siempre por detrás de Al Pacino).
Su filmografía es amplia, y apta para todos los gustos, desde películas románticas menores, producto de sus ojos azules, hasta obras de arte de la artesanía cinematográfica, pasando por joyas cinéfilas de gran calado artístico.
Mi primera aproximación a la excelencia de Paul Newman llegó con la inigualabe, la inimitable, la genial, ‘El golpe’, la película de entretenimiento por antonomasia, la película perfecta en toda su ejecución, y a partir de ahí comenzó mi idilio con el Sr. Newman.
Títulos como ‘La gata sobre el tejado de Zinc’, ‘Dos hombres y un destino’, ‘Al caer el sol’ y, de nuevo, la segunda mejor película de la historia, ‘El buscavidas’ (sólo superada por ‘El Padrino II’), no hacen más que ensalzar la figura de Paul Newman y mantenerlo vivo en nuestra memoria cada vez que revisionamos calquiera de estas joyas.
Pero Paul Newman era mucho más que un actor de leyenda. Era un hombre comprometido con sus ideales y con sus principios sociales. Colaborador en gran cantidad de obras de ayuda a su comunidad, siempre destacó por su elevado grado de involucración con todo tipo de obras sociales.
Además, tuvo la valentía y la voluntad de mantener un matrimonio por más de 50 años, lo cuál, en la meca de la frivolidad y de las ‘aves de paso’ marca un verdadero hito, y nos da una muestra de la fidelidad y lealtad de este caballero.
Paul Newman nos ha dejado, pero lo recuperaremos cada vez que disfrutemos de cualquiera de sus películas.
¡Hasta Siempre!