Mucha gente todavía se extraña del fracaso continuo que se produce en VEO7. La cadena no consigue arrancar ni a la de tres, incluso cuando cuenta en sus pantallas con excelentes profesionales como el propio Pedro J. Ramírez, Carmelo Encinas, o con la asistencia habitual de nombres como Juan Ramón Rallo, uno de los grandes economistas actuales. Y no será por falta de tiempo: cinco años de emisiones y haber sido la primera cadena exclusiva para TDT deberían de haber sobrado para haberse hecho con un pequeño-mediano hueco en la pequeña pantalla.
Tampoco es, desde luego, por medios: El Mundo, alma de la empresa de la cadena, es el periódico de referencia para el centro-derecha español, amén del segundo de mayor tirada nacional de los generalistas. También está en nómina el periódico más vendido, que es el deportivo Marca.
¿Cuál es, entonces, el fallo de la cadena? Pues, sobre todo, la falta de ideas y consenso entorno al proyecto y producto que se quieren vender. Pedro J. y compañía nunca han sabido bien qué modelo de televisión tomar, y han estado tentados desde el principio en convertirse en una nueva cadena generalista o haber apostado decididamente por un canal temático de noticias con vibrantes tertulias por la noche. Al final, decidió hacer una cosa mixta, y el resultado fue un fracaso. Fracaso porque generalistas, sobran; y fracaso porque mientras Pedro J. anda pensando qué hacer con una cadena ya montada, viene Intereconomía con una intención empresarial clara y con un público al que se dirige bien definido y se lleva «el gato al agua», consiguiendo una oleada de gente de derechas que hace unos años se encontraba huérfana de cadena. «Esto es lo que hay, y si no os gusta cambiáis de canal», parece decir Antonio Jiménez cada noche cuando saluda desde su El Gato al Agua.
No cabe duda: VEO7 debe de figurar como ejemplo de cómo no se debe de hacer una gestión empresarial. Lo primero es saber qué quieres, qué modelo de negocio escoges, y a qué posible demanda vas dirigido. De lo contrario, otro con las ideas claras se llevará el set y el partido.
Es ahora cuando VEO7 intenta reaccionar y despertar para ver si puede arañar algo más de audiencia desde su tope, el 1 % de share, ese que nunca ha sobrepasado. Para ello, ha fichado a presentadoras famosas como Yvonne Reyes o Silvia Jato para que presenten Alta Tensión (Tensión sin límite) y Trivial Pursuit, respectivamente, y en un horario en el que tienen competidores como Los Simpson, Pasapalabra (el antiguo programa de la Jato), o Karlos Arguiñano. ¿Los resultados? En ocasiones, han rozado el 0 técnico de share.
En fin, qué decir de La Vuelta al Mundo. Un buen formato con buenos contertulios y colaboradores austríacos como Juan Ramón Rallo o «el inquisidor» Lorenzo Ramírez. Otra víctima más de una dirección de la cadena que va dando tumbos y no sabe hacia donde dirigirse. Todo ello, unido a una mala gestión del marketing hace que esta cadena por sí sola sea menos que rentable; en los últimos dos años ha provocado pérdidas de 2 millones de € aprox. en 2009 y casi 7 millones de euros en 2010. Una pasada que los mandaría directos a la quiebra de no ser por ciertos contratos y favores que les concede Antena 3 mediante unos acuerdos por publicidad. Por ello, los jefazos italianos que controlan el grupo de comunicación ya están algo cansados de Pedro J. y su capricho, porque llevan años exigiendo resultados. Y la enésima cagada fue quitar el programa que doblaba la audiencia de la cadena; Losantos y su mañana marcaban casi un 3 % de share por las mañanas, y además no había que pagarle nada porque cedía su trabajo de manera gratuita. Ahora, las mañanas de Buruaga no llegan al 1 % de share y, además, hay que pagarle.
Al menos VEO7 tendrá el consuelo de ser una de las cadenas que mejor cine pone. El dato de que lo más visto de su parrilla sean precisamente las películas dice demasiado… O cierran la cadena o montan VeoCine.