Sociopolítica

EL LÁDER

Esta gran palabra y como tantas otras de un enorme significado, han sido tan prostituidas, tan devaluadas, que ya no tienen significado digno de mención. Y no lo tiene ésta en concreto por cuanto sigue.

Los aduladores, los que viven de un sistema establecido o de una organización que genera recursos para medrar en ella; son proclives a denominar al jefe de la misma como líder, no siéndolo así ni por asomo puesto que un verdadero líder es algo más, mucho más.

Líderes verdaderos fueron Buda, Cristo, en épocas lejanas; últimamente ha habido líderes destacados como por ejemplo lo fue Napoleón y posteriormente y en el pasado siglo, Gandhi, Martín Lutero y Nelson Mandela, que fueron discípulos del primero; puesto que para ser líder hay que tener una influencia mundial y no haber ejercido la violencia. Y si cito a Napoleón, es por cuanto fue “la medicina”, para eliminar la sangrienta y degenerada “revolución” y por haber logrado la posterior gran “Francia” que se forjó tras su muerte; amén de que sus leyes y directrices aún las han de estudiar los hombres. Por descontado que como a Napoleón se podrían citar otros, pero no muchos ya que para un artículo es suficiente.

Hoy se tilda de líder a cualquiera, cosa que al que sabe y medio entiende la historia del hombre, simplemente les hará reír como yo me río de estas figurillas “sin chicha ni limoná”; pero que subidas en alturas inmerecidas suelen hasta creérselo.

Un líder tiene que soportar cargas enormes y sacrificios enormes y tener la suficiente fuerza como para ser emulado en todos los saberes y comportamientos que ha de practicar el líder como tal; puesto que la mayor influencia de un líder es la emulación de todos cuantos dicen seguirlo.

Por el contrario lo que vemos hasta hartarnos de verlo, es que los que dicen seguir a “su líder”, es simplemente por cuanto de lo que de él reciben, les permite vivir bien o mucho mejor que la generalidad del pueblo a que pertenecen. Para mí esos seguidores son simplemente miserables arribistas a un poder y al que se suben precisamente por cuanto van a vivir del mismo.

En un artículo reciente escribí lo que sigue: “Es precisamente en estos momentos en que parece “que todo se tambalea”; cuando surgen esos hombres y mujeres, que incluso… “renaciendo de sus propias cenizas”, hacen verdad el mito del ave fénix. Por otra parte, no olvidemos que ha sido creada la civilización más potente en fuerzas y recursos de todas las conocidas en la historia del hombre. Si hemos llegado a esta situación es por cuanto esos recursos han sido muy mal empleados; pero se puede reconducir todo y aplicarlos a crear de verdad una civilización mucho mejor y mucho más justa, que la que nos ha llevado al fracaso actual”.

Un lector y refiriéndose al mismo me suelta lo siguiente:

“¿De veras piensa que en estos momentos surgirá un líder importante que descuelle entre tanta indigencia mental?, ¿de veras cree que el pueblo seguiría a alguien que no fuese mediocre y vulgar en el que sentirse reflejados y así parecer menos necios? ¿tendríamos que volver a la escuela -como predicaba Sócrates- para aprender la felicidad de la bondad inteligente?

Respondo lo que sigue, puesto que esas preguntas me han dado “hecho” el artículo de hoy:

“Por descontado que hay que volver a la escuela y «permanecer en ella durante toda la vida», puesto que la escuela de la formación y perfección humana es continua. En cuanto a un líder… no hay que esperarlo, conviértase usted en líder del grupo de su entorno, enséñele lo mejor de todo lo que sepa, sea y enseñe a ser libre, a enfrentarse sin miedo a la vida y es así como creo se logrará un liderazgo compartido y beneficioso para todos. No creo conveniente arropar a un líder y endiosarlo, puesto que al final terminará por creérselo y abusará del poder. No, al poder hay que controlarlo y ello hay que hacerlo desde fuera del poder, con tesón e inteligencia; no es necesaria la violencia; lean a Gandhi y sus discípulos. No esperen milagros…»LOS MILAGROS TENEMOS QUE HACÁ‰RNOSLOS NOSOTROS MISMOS Y HAN DE SER REALES NO FANTASÁAS».

Por mi parte creo firmemente que como ocurre con todo… “nada nace hecho, hay que ir haciéndolo a lo largo de la vida; con ese tesón que igualmente se logra con la constancia precisa”.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.