No me preguntes por qué vengo molesto que eso me encabrona aun más de lo que me encuentro, sólo desvanece un poco la bruma que se forma en tus castillos de aire y mira a tu alrededor, no hace falta que pongas mucha atención, la realidad se asoma sin que la llames y te sirve con cuchara grande, y después dime si atestiguaste lo mismo que yo.
Balas cruzando por la calle dizque en ‘son de paz’, en opinión de los pinches gobernantes, que ignoran al aplastado y empoderan al ignorante.
Policías que firman con la mafia y continuamente renuevan su pacto de sangre inocente.
En cada una de las casas hay perros que ladran e, incluso, muerden.
Allí sí, cualquier pobre diablo es feliz hasta que, por desgracia, se da cuenta de que ser feliz no es suficiente.
¿Habías visto eso?, ¿sabías que hay lugares donde se mata por sexo?, claro que sí, tu trabajo es explicarme a mí cómo me siento. Así, si me quedo sin hogar, tú vienes y me dices que estoy en plena mudanza, si le debo a Elektra el alma, vienes y me calmas con más ofertas y programación repleta de nalgas.
Exiges respeto de mi parte cuando en la seguridad de tus redes sociales me llamas muerto de hambre.
No me salgas con el cuento de que somos iguales, ni con la grosería de que soy un revoltoso, porque hoy soy yo quien viene a informarte que me tienes hasta la madre.
