Recientemente han aparecido diversas noticias tanto en el plano nacional como internacional que presentan un nexo común, que es el odio a los cristianos. No es nueva lamentablemente esta situación sino que a lo largo de toda la historia de la humanidad se ha venido presentando en diversas circunstancias y con diferentes agentes, pero el resultado ha sido siempre el mismo, el intento de destruir las Iglesias Cristianas, aunque para ello se llegue al derramamiento de la sangre de sus miembros con toda impunidad.
En nuestro país la historia de persecución a la Iglesia Católica, todavía es muy cercana. No olvidemos como en la Segunda República Española, bajo la permisividad de sus dirigentes, masas sectarias quemaron iglesias, y promovieron tantos desmanes (Desde el 16 de Febrero al 15 de Junio de 1936, se calcula fueron asesinadas 269 personas) que fue por ello la justificación según los golpistas, del llamado “Alzamiento Nacional”. El resultado fue seguidamente la persecución y asesinato por hordas marxistas incontroladas de victimas inocentes cristianas durante los años de la Guerra Civil Española. Las estadísticas nos hablan de la mayor persecución religiosa que ha habido en Europa en la época moderna, y una de las más sangrientas de todas las épocas de la humanidad. Se calcula con toda fiabilidad que 4184 sacerdotes incluidos obispos, 2365 religiosos, 283 religiosas, y amén de millares de personas seglares que por el solo motivo de ir a misa fueron asesinados por su fe a Cristo. El único pecado de estas gentes fue ser cristianos confesos, defender su fe ante las presiones de apostasía de sus verdugos. Estos religiosos y sacerdotes ejercían una gran labor social por los más desheredados de la fortuna de aquel entonces. En gratitud por ello, recibieron por ello el pago de la muerte. Se demostró y aun se sigue demostrando hoy día que “No es más el discípulo que su maestro”, y ya vimos qué trato recibió el Maestro.
No es de extrañar que este odio contra la fe cristiana siga aun vigente en muchos sectores de nuestra sociedad, tanto en Occidente como fuera, especialmente en el mundo islámico.
En nuestro país, la demagogia de algunos dirigentes del mundo de la llamada izquierda española sigue presente, aunque sea en época electoral. Siguen calumniando a la Iglesia Católica de “parásito” y de poseer privilegios que no pueden hoy día sostenerse, amenazando, en su cartel electoral que si los socialistas ganan las próximas elecciones, suprimirán los “privilegios” que concede la legislación hipotecaria a la Iglesia Católica, justificando para ello, “que ésta se trata de una prebenda tributaria de épocas pasadas y carente de justificación”, y que además se opone al carácter aconfesional del Estado. Ha sido un obispo, el de Córdoba quien ha contestado a este dirigente socialista, aclarándole que la Iglesia “no es un parásito” y que ésta “no tiene privilegios”, sino que al contrario, “es la principal bienhechora de la sociedad”. «A día de hoy, en España, es muchísimo más lo que aporta que lo que recibe, pero incomparablemente más». El obispo siguió recordando que Cáritas Diocesana, ofrece «atención primaria a muchísimas personas, que hoy comen gracias a dicha organización caritativa de la Iglesia2. También sirve de prueba de aportación eclesial a la sociedad su intervención en el ámbito educativo, ya que en un colegio religioso «le sale a la sociedad muchísimo más barata que una plaza en un colegio público», entre «un 30 y 40 por ciento menos». Mientras que el directorio socialista prepara, si sale victorioso en las próximas elecciones, la implantación de la ley de Eutanasia, donde el Estado disfrazado de garante del derecho de atención solidaria al enfermo terminal, se atribuye en realidad el derecho, igual que ocurre con el aborto, de quien debe de nacer y quien de morir. De esta manera se institucionaliza en nuestra sociedad la llamada eutanasia pasiva, que suprime medios ordinarios de mantenimiento del paciente, irrenunciables éticamente como es la alimentación ordinaria. Mientras los Estados que quieren legislar así, consideran a los ancianos sobre todo los enfermos como cargas inútiles que gravan las arcas públicas, nos dice el obispo, la Iglesia sigue atendiendo hoy día a los ancianos, “y que un anciano que ha trabajado y que ha cotizado durante toda su vida, si es atendido por la Iglesia, a la sociedad le cuesta el 50 por ciento menos, y esto es muy importante saberlo». Sigue siendo la Iglesia, la primera benefactora de la sociedad, y es demagógico, nos sigue diciendo el prelado, hacer declaraciones de esta índole, que van dirigidas a “cierto tipo de electorado, que quizás no conozca estos datos de la Iglesia y de su función social hoy». Y “aunque la primera función social que realiza la Iglesia es dar a Dios a las personas, que es el primer alimento y el fundamental”, no hay que olvidar esta función social, “dando de comer y teniendo puestos escolares y prestando atención a los enfermos y los ancianos”, sin olvidar que “el 75% de los enfermos de Sida los atiende la Iglesia. En definitiva «desde los aspectos más espirituales hasta los más materiales, pasando por cubrir cualquier necesidad que el hombre tiene, la Iglesia hoy en España es, después del Estado, aunque a éste le corresponde hacerlo y con el dinero de todos los contribuyentes, la primera y principal bienhechora de esta sociedad».
La otra noticia que ha llamado mi atención, ha sido la de un joven estudiante cristiano copto de 17 años, asesinado por compañeros de escuela a golpes en el lavabo, incitados y apoyados por el propio profesor de lengua árabe, por negarse a ocultar el símbolo cristiano de la cruz que llevaba tatuado en su muñeca. El crimen fue realizado el 16 de Octubre de 2011, y aunque los medios de comunicación oficiales presentaron el incidente como un altercado entre estudiantes, el padre del asesinado rompió al final su silencio, confesando en una entrevista grabada en video con la ONG Coptos Unidos, que su hijo se negó a ocultar su fe, y que incluso mostró desafiante por Cristo, la segunda cruz que llevaba bajo su camisa. Ello fue determinante para que los islamistas le propinaran la paliza que ocasionó su muerte. El director del Centro ni se molestó a acudir a las aulas cuando fue avisado por el incidente, Y siguió tomando su té.
Llueve sobre mojado, a los últimos acontecimientos de represión brutal del ejército egipcio sobre la manifestación de cristianos coptos por la quema indiscriminada de iglesias cristianas por islamistas radicales, que ocasionaron 24 muertos y 212 heridos, algunos descuartizados por los tanques (Ver video en blog del autor de este artículo: http://bernardoebri.blogspot.com), ahora sucede este lamentable suceso que nos indica que no hay propósito de la enmienda en la llamada primavera árabe democrática.
¿Hasta cuando me pregunto esta impunidad de caza de los cristianos en países musulmanes? ¿Dónde se encuentra el respeto y la tolerancia democrática a los derechos humanos más elementales como son la vida, y la libertad religiosa? ¿Qué hubiera pasado si en nuestro país, por ejemplo, se hubiera llegado a un suceso de esta clase con un joven musulmán? ¿Por qué no recibimos igual trato de respeto en aquellos países que el que prodigamos en Occidente a los que profesan la religión musulmana?
Me cuesta creer que el Dios único de las religiones monoteístas como son el cristianismo, el judaísmo y del propio Islam, sea manipulado de tal manera que se quiera justificar por su causa la muerte de inocentes. Ya Benedicto XVI, nos advertía recientemente de la tentación de utilizar a Dios como justificación de la guerra y de la violencia. Como si Dios disfrutase con la muerte del inocente, como si fuera el antiguo Dios “moloc” al que los cananeos ofrecían víctimas inocentes incluidos niños. Aunque el sacrificio es una de las características de casi todas las religiones, ofreciéndose la ofrenda por los sacerdotes como intermediarios entre los Dioses y los hombres, ha sido el Islam, el que no ha tenido sacrificios ni sacerdotes. ¿Por qué crear hoy día la imagen de un Dios que se complace en el derramamiento de sangre infiel, y que solo por ser consideradas personas como tales, ya son acreedores y justificada por ello su muerte? ¿Dónde se encuentra hoy día la cultura mística sufí en el actual Islam? solidaria y respetuosa con otras religiones. El sufismo es cortesía espiritual (adab): cortesía con cada instante, en toda circunstancia y en todo momento, como decía el místico sufí español Ibn Arabi. “En su inicio (en tiempos del profeta Mahoma) el sufismo era una realidad sin nombre y ahora es un nombre sin realidad” nos dice Abu Hafs al-Nishaburi, citado por Huywiri en el Kashf al-Majyub.
Espero que el único Dios verdadero común en las religiones monoteístas abra nuestros corazones a una nueva realidad de amor y de solidaridad entre todos los hombres de buena voluntad, porque no puedo admitir ni creer que el Dios del Islam se complazca en la muerte de “infieles” de los que algunos de sus dirigentes fundamentalistas intentan justificar. Solo en el respeto mutuo y en la apertura solidaria puede entreverse, la presencia escondida de Dios en el corazón humano. .Hoy más que nunca son necesarias se cumplan aquellas palabras del profeta vetatestamentario Ezequiel (36:26) “Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne”
Palabras clave: Calumnias actuales por políticos de izquierda contra la Iglesia Católica Española. Persecución religiosa en la Guerra Civil Española. Cristianos coptos asesinados por islamistas radicales en Egipto. Sufismo en el Islam.
Bernardo Ebrí Torné
Miembro de ASEMEYA y de AAE (Asociación Aragonesa de Escritores)