“Leer, ilustra”. Alguien lo dijo, no sé quién, pero debió ser inteligente. Por asociación digo “viajar, ilustra”, y tampoco sé si alguien lo dijo antes, imagino que sí, y no hace falta ser muy cerebral, solo necesitas viajar y cierto sentido crítico.
Eso sí, no hay nada más esclarecedor sobre la situación que vive tu propio país, la realidad del día a día, del trabajo, el tráfico, los problemas; que vivir unos días en otro lugar, que te caigan las gotas de lluvia en la cara, comer sus comidas, escuchar sus voces, sentir sus calles, oler sus museos, que se te ponga la piel de gallina por el frio prenavideño, experimentar esa dualidad de estar en el lugar y al mismo tiempo sentir que lo estás viendo por televisión.
Y entonces, en nuestro caso concreto, recibir la bofetada al percatarte de lo que pudiera ser y no es. Muchos podrán decir que no es bueno comparar, y yo estoy absolutamente de acuerdo.
¿Cómo comparas tu Alemania, Italia, Francia, Noruega, Inglaterra, España y otros, con Venezuela? incluso para no ser tan majadero y hablar solo del viejo mundo, como compararnos con los países de aquí, de este lado, de este continente, ¿Con México, Brasil, Chile, Uruguay? Imposible.
No es que ellos no tengan problemas y vivan en un paraíso, no solo sería cínico el solo pensarlo, sino por demás estúpido creerlo. La gran diferencia es que ellos llaman las cosas por su nombre, determinan la gravedad de las situaciones, asumen el compromiso, vislumbran los posibles escenarios a desarrollar, establecen las responsabilidades para la solución, actúan e inician el proceso ante nuevos retos.
En cambio, aquí tenemos problemas que nos llueven a cantaros; establecemos un culpable que necesariamente debemos callar; lo insultamos en cadena nacional de radio y tv, en brutal y denigrante escarnio público; la asamblea nacional saca comunicados en apoyo revolucionario al líder; en vtv, silva y nolia vomitan verbos duros y rojos contra el agresor; la guardia nacional, órganos policiales y el sebim junto a un fiscal y cámaras de tv siembran y allanan moradas; el tsj aplica sentencias revolucionarias; viajamos a cuba a pedir consejo; compramos más armamento en rusia; le decimos pendejo a insulsa, maldito a los judíos, traidores apátridas a los opositores, cachorro del imperio a algún metido; por su parte, la corte de evo, correa y ortega se pronuncian a favor de alba, de chavez y en contra del imperio, no importa cual. Entonces, disponemos de miles de millones de dólares para “solventar” la situación, que irremediablemente van a parar a no se sabe cuáles bolsillos revolucionarios; se inicia una campaña mediática de como con la ideología traspasada de los escritos del che, los discursos de fidel, la gran marcha de mao, la dignidad de marulanda y el mono jojoy y los pensamientos de Bolívar, logramos desarticular un acto antirrevolucionario del capitalismo salvaje y en contra de los pobres, de ese soberano que “con hambre y sin empleo con chavez me resteo” y que como gran política habitacional del régimen es pintarles los ranchos del patriótico amarillo, azul y rojo.
Todo eso, hasta que nos disponemos a encontrar otro problema para iniciar nuevamente ubicando al culpable y sabiendo que el orden de los factores no altera el producto, el de una degradada Venezuela que se pelea el puesto codeándose con los países más paupérrimos del orbe.
Eso sí, muy revolucionaria.
Arq. Víctor Juan Mión Pivetta
www.vmreporte.blogspot.com
@Mionvi
21.11.2010