Lecturas, 8.
La curiosidad ilustrada de Fernando SanmartÃn deparó una sorpresa hace algún tiempo a la bibliografÃa aragonesa. Recorriendo una mañana de otoño los puestos del Marché Brassens, en la rue Brancion, de ParÃs, encontró un texto desconocido que aludÃa a Zaragoza. Se trataba de ‘Le petit tambour de Saragosse’, escrito por Alphonse Crozière y publicado en la capital francesa en 1928.
Relata el libro las aventuras de Joseph Triquet, un adolescente enrolado en las filas napoleónicas que realizan el segundo Sitio de Zaragoza, en 1808, el cual se dedica a contarles a sus nietos los avatares vividos y a describirles la ciudad que los franceses acabaron ocupando.
Apenas puede ejercer Triquet su papel de tambor en el ejército, porque a los pocos dÃas de llegar junto al Ebro, es apresado por dos paisanos que primero piensan ahogarlo en el rÃo, aunque en el último momento deciden entregarlo a un anciano que ha perdido a su hijo en el combate, para que tome venganza en el muchacho. Sorprendido el hombre porque el joven capturado habla español, ya que habÃa nacido cerca de la frontera, le perdona la vida provisionalmente.
Triquet vivirá los episodios bélicos e incluso festivos –en una ocasión tiene que enfrentarse a un toro bravo al que mata de una estocada– desde el lado español hasta momentos antes de la rendición de la ciudad, cuando consigue escapar deslizándose por el muro del convento de San Francisco, en el que ejercÃa como ayudante del campanero, para caer casualmente en brazos de su jefe, el tambor mayor del regimiento.
Años después, finalizada la era napoleónica, tras la batalla de Waterloo, vuelve Triquet a Zaragoza y visita a la señora Arguijo, que habÃa sido su benefactora durante el cautiverio en la ciudad. La casualidad quiere que, en el transcurso de esta visita, reencuentre a la niña Isabel, nieta de la señora, convertida ya en una atractiva jovencita, con la que acaba casándose.
Las aventuras que el protagonista narra sus nietos están escritas con un estilo llano y ágil, que ha traducido con habilidad Aloma RodrÃguez. Unas elocuentes ilustraciones de Olga Ruiz y el prólogo de Fernando SanmartÃn, que explica el hallazgo del libro original, completan una edición muy cuidada, realizada con gran esmero, tanto en la maquetación como en los materiales, por Comuniter: El pequeño tambor de Zaragoza.
El resultado es un libro de gran interés que pone a disposición de los lectores una visión original, con ingredientes festivos e irónicos, de los episodios heroicos que enaltecen la historia de la ciudad.