El entorno de los Mallos de Riglos posee unas características morfológicas únicas en nuestra región. Además de ser un espacio imprescindible en la práctica de la escalada, la caminata que recorre todo el conjunto de escarpados y verticales farallones, da acceso a la ascensión por la vía ferrata de la Peña de Don Justo hasta el Mirador de Cubilillos Os Fils donde se encuentra el mirador de los buitres a cuya planicie cimera se puede llegar en coche desde el castillo de Marcuello, subiendo por Sarsamarcuello en desvío desde Loarre. La senda hacia el corazón de Sierra Caballera asciende entre muros ciclópeos formados en el Mioceno, conglomerados de sedimentos de cantos rodados cementados con grava y arena, hasta que un sendero de bajada a la derecha, permite descender hasta la base de los gigantes que esconden en sus umbrías a la Fuente Os Canónigos, de cuyas aguas se nutre la red local de abastecimiento en Riglos. Sobre nuestras cabezas, un imponente paredón nos hace cambiar la perspectiva y podemos ver la pared, que acecha desde su vertical protección, intentando adivinar cada presa en la piedra. El agua que discurre por el cauce es limpia y transparente, pero no tan pura a la vista de la ausencia de los canónigos que le dan nombre, aunque éste quizá se deba a los Canónigos Agustinianos que poblaron el Castillo de Loarre. De todas formas, las cavidades en el conglomerado de los muros aportan el símbolo mágico de un mundo precursor. De vuelta a las senda principal, la panorámica de los Mallos menores y el Paredón de los Buitres nos invita a la observación de la colonia de buitres leonados que anidan en estos riscos. El espectáculo esta garantizado simplemente con observar el vuelo suspendido en las corrientes de estas aves y descubrir sus buitreras en el momento de posarse en ellas. Una concienzuda mirada permitirá seguir a alguna pareja hasta el joven pollo que espera en el nido su inminente primer vuelo. El Centro de Interpretación de Aves, ARCAZ, ya en el las afueras del casco urbano de Riglos, es un buen sitio para conocer más sobre estas carroñeras a través de la observación en vivo de los nidos gracias a dos cámaras instaladas en ellos. Dispone de un gran mirador desde el que se pueden ver todos los Mallos en primera fila.
Todavía el Reino de los Mallos guarda otra sorpresa. Se trata de una planta endémica del Prepirineo occidental, el bello geranio Erodium Gaussenianum que coloniza los rellanos, grietas y pies en los conglomerados calcáreos de Riglos, AgÁ¼ero, Salinas y Fuencalderas. Hasta el año 1971 no fue descubierta y está catalogada como Especie Amenazada de Aragón con la consideración de «sensible a la alteración de su hábitat»