De niña cantándome como ave fénix
leyéndome cuentos de ilusión
preparándome ricas cenas,
luchando mis rebeldías
promoviéndome educación.
—
Mano firme, dulce consejo
ejemplo de sinceridad,
humana como cualquiera.
siempre infundiendo voluntad
amando a otros,
prodigándoles consejo.
—
Ella, lágrimas calladas
fortaleza de los días,
capacidad de dar incansable
luciérnaga en la oscuridad
reconstruyendo sus falencias
buscando aprender lo no aprendido.
—
Ella niña triste y niña alegre
joven soñadora, buscando mariposas,
curando enfermos del alma y del cuerpo
mujer enamorada, dando sin límite
recibiendo ingratitud y atropellos
su sonrisa no cesa,
siempre con sus brazos abiertos.
—
Ella, esperando mi felicidad
sufriendo en silencio mi desventura,
haciendo gala fuerte de pilar
cantando alegría,
impartiendo erudicíón
de sus experiencias de vida.
—
Alentándome los sueños,
superando sus propios miedos.
Ella estancia segura
invitándome a tener mi propio vuelo,
esperándome paciente
cuando necesite volver a su sonrisa.